Una joya del patrimonio edilicio: el Palacio Paz
Por Josefina del Solar
Situado en Avenida Santa Fe, Maipú y parte de Marcelo T. de Alvear frente a la Plaza San Martín, este excepcional edificio es conocido como Palacio Paz porque su construcción se debe a José C. Paz, fundador del Diario La Prensa y diplomático, quien cumpliendo precisamente su destino en la embajada argentina en Francia, toma contacto con lo más importante de la arquitectura europea de la época. Esto lo decide hacia 1889 a hacerse construir en Buenos Aires una residencia de acuerdo al estilo que predominaba por esos años en las grandes construcciones francesas. El proyecto estuvo a cargo del arquitecto francés Louis Sortais quien no llegó a trasladarse a Buenos Aires para dirigir la obra porque falleció antes de que ésta se pusiera en marcha. Debido a ello la construcción se hizo sobre los planos originales más los del ingeniero Alberto de Gainza, bajo la dirección del ingeniero Carlos Agote –quien había trabajado también con anterioridad en el Edificio de La Prensa- manteniéndose en lo básico el proyecto original aunque luego al implementarse existieron algunas modificaciones.
Como ocurriría con otras de la misma época, la envergadura de la construcción y la profusión y variedad de materiales que se necesitaban, traídos íntegramente de Europa, demoraron bastante la conclusión de la residencia, tanto que José C. Paz no llegó a ocuparla ya que falleció cuando aún no estaba terminada.
El Palacio se inauguró en 1912, y fue habitado por la viuda de Paz, Zelmira Díaz Gallardo, y los hijos de ambos. Ese mismo año, la gran calidad de la construcción y los detalles artísticos del edificio y la decoración fueron destacados en una descripción que la dedicó en París la “Revue Mensuelle de l’Art Architectural-L´Architecte”.
Construido sobre un terreno de 6.154 metros cuadrados, el Palacio Paz tiene una superficie cubierta de casi 12.000 metros cuadrados y es, tanto externa como internamente, un verdadero muestrario de calidad y magnificencia arquitectónicas. Sólo a manera de ejemplo podemos señalar que tiene 140 habitaciones, y su vestíbulo -inspirado en sus similares franceses del siglo XVII- tenía al momento de su inauguración piso de mármol, tres arañas, un farol de hierro forjado y una estatua de mármol de Carrara representando “La Vendimia”; o que sus diferentes salones, varios de ellos de estilo Luis XIV, poseían boiseries originales, arañas de bronce, estatuas de mármol, suntuosas escaleras y otros motivos de decoración de gran calidad. En cuanto a la decoración interior, estuvo a cargo originalmente de las hermanas Estela Gibson y Cora Gibson de García Uriburu.
La residencia contaba asimismo, además por supuesto de los dormitorios y otras amplias dependencias, con un gran salón de baile estilo Luis XIV, un salón de esgrima y hasta un cine para uso familiar. Son destacables también el jardín interior, de forma trapezoidal algo irregular, al cual se accede por las puertas de Santa Fe y Marcelo T. de Alvear, y el jardín de invierno ubicado sobre el ala que da a esta última calle. Y en relación precisamente al gran portón de acceso, entendemos que su sola vista llama poderosamente la atención y es indicativa del estilo y características de la casa. Está conformado por cuatro hojas con arabescos de hierro y bronce, a través de los cuales puede vislumbrarse el mencionado jardín interior.
La amplia casa fue entonces residencia de la familia Paz durante varios años. Requería para su atención un personal de servicio de más de cincuenta personas. Y esto fue hasta que a finales de la década del ’30, como ocurrió con otras grandes residencias de la zona, ésta se vendió al Estado Nacional. Fue en 1938 para pasar a ser sede del Círculo Militar, entidad que había funcionado hasta entonces en diferentes ubicaciones, y es la misma que lo ocupa en la actualidad. También tiene su sede allí, en el sector al que se ingresa por Santa Fe y Maipú, el Museo de Armas de la Nación.
Con posterioridad al año mencionado, por un tiempo se lo conoció como Palacio Retiro. En 1981, con motivo del centenario del Círculo Militar, la entidad publicó un trabajo muy completo en el que se describen ampliamente y con cantidad de ilustraciones, los diferentes aspectos de este magnífico Palacio. En dicho trabajo se señala además la importancia de edificio consignando que en su conjunto, pero en particular en alguna de sus partes, constituye una obra de arte difícil de superar.
Hasta la actualidad se conserva casi como fue originalmente. Aunque con posterioridad las cocheras que daban a la calle Esmeralda fueron transformadas en el Pabellón de Deportes. Y este mismo sector, en años recientes fue demolido para construir un edificio de departamentos, claro que sin tocar al Palacio, que fue catalogado como Monumento Histórico Nacional en 2014.
FOTO: El Palacio Paz alberga al Círculo Militar; y el gran portón de acceso muestra su calidad arquitectónica.