22 septiembre, 2024
En Retiro

Un aniversario en agosto: la inauguración de la nueva estación del ferrocarril

Por Josefina del Solar

 

El sector del bajo del Retiro, es decir el que se extiende desde la Avenida del Libertador hacia el Río de la Plata, se caracteriza por la confluencia de diversos medios de transporte, entre los cuales el más característico históricamente es el ferrocarril. Hacia comienzos del siglo XX la vieja y pequeña estación Retiro, inaugurada en 1862, resultaba ya inadecuada en sus dimensiones, puesto que el crecimiento del sistema ferroviario requería instalaciones más amplias; pero además la fisonomía que estaba adquiriendo la zona dejaba descolocada a la pequeña construcción. Es así que se decide reemplazarla por otra más acorde a los nuevos requerimientos. Se convocó para esto al arquitecto inglés Eustace Lauriston Conder, quien en 1908 comenzó a elaborar el proyecto. Este arquitecto residía en la Argentina desde 1888, y trabajando para el Ferrocarril Central Argentino había construido alrededor de cuarenta estaciones y otros edificios ferroviarios.

La piedra fundamental fue colocada el 9 de junio de 1909. La obra estuvo a cargo del ingeniero Charles John Dulley y fue dirigida por el ingeniero Reginald Reynolds.

Las obras demoraron más de lo que se había pensado, en primer lugar por su envergadura, pero además porque el estallido de la Primera Guerra mundial demoró la llegada de materiales desde Europa. La estructura metálica, por ejemplo, fue diseñada y construida en Inglaterra por la firma Francis Morton and Co. Pero pese a las demoras los plazos se fueron cumpliendo, y la inauguración de la nueva estación ferroviaria se produjo el 2 de agosto de 1915, en el marco de una ceremonia a la que asistieron el Presidente de la Nación Victorino de la Plaza, sus ministros, el Intendente de Buenos Aires Arturo Gramajo, representantes de la empresa de ferrocarriles y muchos invitados. Se abrieron con una llave de oro las puertas del edificio que mostró así toda su magnificencia. Para la ocasión fue editado un catálogo en el que se enumeran y describen los diferentes elementos de la construcción, que había costado 2.000.000 de libras esterlinas, una cifra muy importante. Su estructura aparecía conformada por dos sectores: el frente, con su amplio hall, y el sector de los andenes, con sus arcos de hierro revestidos en vidrio. Exhibía lujos tales como magníficos pisos de mosaico veneciano o mayólicas inglesas. Los especialistas que han estudiado la Estación Retiro, tanto desde un punto de vista arquitectónico como técnico, destacan que al momento de su inauguración era la terminal ferroviaria más importante de Iberoamérica y una de las mayores y más modernas del mundo; en lo relativo a su edificio, construido siguiendo las tendencias más modernas de la época, pero también por sus adelantos, entre los que se pueden señalar a modo de ejemplo, el sistema de paragolpes hidráulicos.

Fue declarada Monumento Histórico Nacional en 1997.

 

FOTO: La Estación Retiro poco tiempo después de su inauguración (Foto AGN).