Sarrasani, un sinónimo de circo que brilló en Retiro
Por Josefina del Solar
Decir Sarrasani evoca, después de muchos años y todavía hoy, al que fue un famoso circo de renombre internacional. Pero que estuvo ligado en parte de su trayectoria, al barrio de Retiro.
Sus inicios se dieron en Alemania, donde un joven llamado Hans Stosch comienza a trabajar en una carpa, en la que aprende los secretos del oficio circense. Pronto se independiza y hacia 1912 crea su propio circo, al que llama con el que había adoptado como su propio nombre artístico: Sarrasani. Con éste realizó giras por diversos lugares de Europa, pero con centro en un importante circo en la ciudad de Dresde (Alemania), que años después, durante la Segunda Guerra Mundial, fue destruido en un bombardeo.
En la década del ’20, Stosch trae su circo –con todas las dificultades que esto implicaba, sobre todo por el traslado de los animales- a una primera gira por Sudamérica, que resultará con mucho éxito. Y así llega a Buenos Aires por primera vez, en 1925.
En el transcurso de otra gira sudamericana, en 1934, fallece en Brasil Hans Stosch-Sarrasani, por lo que queda al frente del circo su hijo del mismo nombre. Al año siguiente Hans (h) se casa en Buenos Aires con quien ya era parte de la troupe, la ecuyère de origen suizo Gertrude Kunz, que va a ser conocida como Trude.
Ese año el circo Sarrasani tuvo una actuación resonante en esta ciudad. Al tiempo regresa a Alemania, pero sus propietarios pasan por distintas vicisitudes relativas a la situación política que sería largo enumerar aquí. Trude Stosch enviuda en 1941, quedando de ese modo al frente del circo. El joven húngaro Gabor Némedi en lo sucesivo la va a secundar y apoyar, tanto en el aspecto artístico como empresarial. Trude decide volver a Buenos Aires, donde va a radicarse junto a Némedi con el circo, que se instala en un amplio espacio en el bajo del Retiro, como puede verse en alguna de las fotos que publicamos en esta página. La fachada era de estilo morisco, iluminada por cientos de lamparitas eléctricas, lo que le daba un aspecto realmente imponente. Y sus espectáculos, que hoy seguramente serían rechazados, ya que se basaban en buena medida en la exhibición de animales amaestrados, tuvieron mucho éxito en aquella época. El público concurría con fervor, y lo visitaban incluso personalidades extranjeras. En tiempos del gobierno peronista se llamó al Sarrasani “Circo Nacional Argentino”.
Gabor Némedi, que hasta el final de su vida acompañó a Trude falleció en 1981, y Trude, quien vivió sus últimos años en San Clemente del Tuyú, falleció a avanzada edad en 2009. Detrás de ellos quedó el esplendor del Sarrasani, que llegó a ser sinónimo de circo, como lo recuerda hasta algún tango de Discépolo.
Foto de Arriba: La imponente fachada del Circo Sarrasani, ubicado en el bajo del Retiro a mediados de la década del ’30.