8 septiembre, 2024
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Roces, disputas y reclamos: cómo se convive en edificios

Durante 2015, las sedes comunales de la ciudad recibieron más de 5 mil casos que antes de llegar a la Justicia ordinaria intentaron resolverse a través de una mediación. El trámite, al que se recurre cada vez más y se realiza de manera gratuita, se volvió una necesidad para las grandes ciudades, en las que la convivencia en edificios de propiedad horizontal puede volverse conflictiva.
Las administraciones de consorcio cumplen un rol importante en los edificios, en tanto organizan y deciden cómo distribuir los recursos de los vecinos, aunque esta instancia tampoco está exenta de conflictos y discusiones.

“Una de las principales características que debe tener todo buen administrador es la paciencia, tanto para resolver conflictos entre vecinos como para solucionar aquellos problemas relacionados con el edificio”, señala Mariel Kernes, autora de Anécdotas de un administrador de consorcio, un libro que recopila historias de vecinos de edificios, administradores y reuniones de consorcio. “La convivencia puede ser una tarea difícil, y son muchas las situaciones que nos llevan a perder la calma. Pero el diálogo, como en todos los conflictos de nuestra vida cotidiana, es la única solución”, añade la autora. En ese sentido, cabe preguntarse ¿cómo se convive en un edificio? ¿Cuáles son los conflictos más frecuentes? ¿De qué manera pueden evitarse? 

Para la autora, existe un principio básico de convivencia relacionado con la empatía con el vecino. “Puede parecer obvio, pero pensar en lo que no nos gusta que nos hagan a nosotros nos ayuda a darnos cuenta qué le puede molestar al vecino”, sostiene Kernes, que entre las quejas más frecuentes de los vecinos enumera los ruidos molestos, la mala costumbre de arrojar basura sobre el patio de la planta baja, y la invasión de los espacios compartidos. “En los últimos años los edificios comenzaron a tener cada vez más facilidades para todos los vecinos, como gimnasios, piletas y salones de usos múltiples”, asegura Kernes. En ese sentido, “el encuentro con el vecino y el uso de estos espacios que debe ser organizado y muchas veces compartido, genera nuevos roces, que hace surgir la necesidad de un administrador más presente en las cuestiones del edificio”, añade.

“Otro de los asuntos que suele dar pie a muchas quejas son los aumentos de expensas, ya sea por gastos extraordinarios o por gastos corrientes, los aumentos generan la ira de los vecinos”, lanza la escritora. Aunque las quejas no se ahorran a la hora de reclamarle respuestas al propio administrador: “los vecinos quieren soluciones inmediatas a toda hora del día, es por eso que la respuesta demorada de un administrador, aunque sea en el mismo día, hace enojar a los copropietarios”, concluye.

Mariel Kernes e Contadora Pública Nacional, graduada en la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires.  Actualmente trabaja en el área de Riesgo Operacional en una empresa que brinda servicios de tecnología. Anécdotas de un administrador de  Consorcios es su primer libro,  y está editado por Dunken.