23 noviembre, 2024
En Retiro

Retiro y su patrimonio. Esculturas que ya no están II

Por Josefina del Solar

 

En esta serie de notas que hemos comenzado a publicar nuevamente en La Gaceta del Retiro a pedido de algunos lectores, nos estaremos ocupando de una parte importante del patrimonio del barrio, la del arte escultórico al aire libre, el que particularmente en las últimas décadas ha disminuido notablemente, ya que obras valiosas que aquí se encontraban ya no están. Esto se dio por una serie de factores que van desde la depredación o deterioro intencional de los monumentos públicos que ha tenido notable incremento, hasta los cambios físicos –urbanísticos, culturales, etc.- ocurridos en la Ciudad, por mencionar los más importantes.

Queremos entonces rescatar aquí la existencia de algunas obras realizadas que han lucido en espacios de Retiro tiempo atrás y hoy en día ya no vemos, al menos en este barrio, como es el caso que nos ocupa en esta nota.

 

L’Aquaiolo

L’Aquaiolo (El Aguatero), es una obra del destacado escultor, retratista y orfebre italiano Vincenzo Gemito (1852-1929). Se trata de una figura en bronce de 1,65 m. de altura, que representa a un chico descalzo y con el torso desnudo, que lleva bajo el brazo derecho un cántaro y en la mano izquierda una vasija que muestra sonriente, en actitud de ofrecer la mercadería que vende.

La escultura en su emplazamiento actual en el Botánico.

En su emplazamiento inicial, del cántaro brotaba agua, es decir que la figura era en realidad una fuente, como puede verse en la foto más antigua que ilustra esta nota.

Gemito, su autor, fue un importante artista nacido en Nápoles, que tuvo una vida difícil pero que se destacó en la realización de retratos y esculturas con figuras humanas. Esta obra es quizá, de las realizadas por él, la más importante que llegó a Buenos Aires. Data de 1909 y fue donada a la Ciudad por José C. Paz en 1911. Se emplazó precisamente frente al Palacio Paz, hoy sede del Círculo Militar, en la denominada actualmente Plazoleta Cándido de Lasala.

La escultura lució allí durante varios años, aunque se sacó en alguna oportunidad para restaurarla. Pero el robo, a comienzos de los 2000, de otras dos obras que estaban en el mismo espacio, y a las que nos referiremos en otra nota, hizo que se buscara preservar a L’Aquaiolo de un destino semejante. Así, el original de éste se trasladó al Jardín Botánico, en Palermo. Y en su reemplazo se ubicó una réplica, pero no ya en el mismo lugar sino enfrente, en el sector de la Plaza San Martín delimitado por Arenales, Esmeralda y la Avenida Santa Fe, frente al Palacio San Martín. Muy poco duró sin daños esta réplica, ya que engañados seguramente por su apariencia, es decir creyendo que era de metal como el original, los depredadores que se apropian de todo tipo de elementos metálicos en la vía pública, rápidamente intentaron robarla. El resultado fue que la escultura sustituta que era de yeso revestido se rompió, tras lo cual se la sacó definitivamente.

En la actualidad la escultura original de L’Aqueaiolo, aunque no vuelca ya su agua y se perdió para el patrimonio de Retiro, puede verse en el Jardín Botánico, justo en la entrada por la avenida Santa Fe.

 

Foto de Arriba: L’Aquaiolo en una antigua foto que lo muestra en el sector de la Plaza San Martín frente a la Cancillería.

  • La escultura en su emplazamiento actual en el Botánico.