8 septiembre, 2024
En Retiro

Recordando a Borges

En el aniversario de su muerte
La persona y la obra de Jorge Luis Borges, uno de los escritores más importantes del siglo XX, han sido y son permanentemente motivo de interés y análisis, tanto por especialistas como por divulgadores. No sabemos, porque sería tema de una investigación muy pormenorizada, si eso implica que Borges es tan leído como comentado. Pero  por estos días de junio se lo recuerda especialmente ya que se cumplen 30 años de su muerte: Borges falleció en Ginebra el 14 de junio de 1986.
Lo mejor seguramente para recordarlo es acercar algo de su obra. Y para eso, próximos ya al Bicentenario de la independencia argentina, transcribimos un poema de su libro El Hacedor, publicado en 1960, año del Sesquicentenario de Mayo. En esta obra Borges reunió un conjunto de ensayos breves, relatos y poemas por lo que él mismo la definió como miscelánea, al explicar su contenido.
ODA COMPUESTA EN 1960
El claro azar o las secretas leyes
Que rigen este sueño, mi destino,
Quieren, oh necesaria y dulce patria
Que no sin gloria y sin oprobio abarcas
Ciento cincuenta laboriosos años,
Que yo, la gota, hable contigo, el río,
Que yo, el instante, hable contigo, el tiempo,
Y que el íntimo diálogo recurra,
Como es de uso, a los ritos y a la sombra
Que aman los dioses, y al pudor del verso.
Patria, yo te he sentido en los ruinosos
Ocasos de los vastos arrabales
Y en esa flor de cardo que el pampero
Trae al zaguán y en la paciente lluvia
Y en las lentas costumbres de los astros
Y en la mano que templa una guitarra
Y en la gravitación de la llanura
Que desde lejos nuestra sangre siente
Como el britano el mar y en los piadosos
Símbolos y jarrones de una bóveda
Y en el rendido amor de los jazmines
Y en la plata de un marco y en el suave
Roce de la caoba silenciosa
Y en sabores de carnes y de frutas
Y en la bandera casi azul y blanca
De un cuartel y en historias desganadas
De cuchillo y de esquina y en las tardes
 Iguales que se apagan y nos dejan
 Y en la vaga memoria complacida
De patios con esclavos que llevaban
El nombre de sus amos y en las pobres
Hojas de aquellos libros para ciegos
Que el fuego dispersó y en la caída
De las épicas lluvias de setiembre
Que nadie olvidará, pero estas cosas
Son apenas tus modos y tus símbolos.
Eres más que tu largo territorio
Y que los días de tu largo tiempo,
Eres más que la suma inconcebible
De tus generaciones. No sabemos
Cómo eres para Dios en el viviente
Seno de los eternos arquetipos.
Pero por ese rostro vislumbrado
Vivimos y morimos y anhelamos,
Oh inseparable y misteriosa patria.
 Jorge Luis Borges (El Hacedor, 1960).