24 noviembre, 2024
Cultura

Norberto Vogel: El piano, el bandoneón y una pasión por la música

Entrevista

Por Laura Brosio

Norberto Vogel es un músico profesional: bandoneonista, pianista, arreglador y director musical. Este porteño de 49 años comenzó sus estudios de piano a los cuatro años, continuándolos con los más destacados maestros de nuestro país. Becado por la Universidad Hebrea de Jerusalén, en 1991 siguió sus estudios en la célebre Academia Rubín (The Rubin Academy of Music & Dance), donde se formó en piano, arreglos y composición especializada en Jazz y Música Contemporánea, obteniendo los títulos de Bachelor y Master of Music.

En 1999 Vogel retornó a Buenos Aires y comenzó a estudiar bandoneón con el maestro Néstor Marconi. Posteriormente fundó los grupos Quinteto Típico Buenos Aires, Funyi Tango Trío y Milongueros Viejos, ya disueltos.

Habitualmente se presenta en teatros, cafés, festivales y en eventos privados acompañando a renombrados cantantes. Se desempeña como docente y en su propio estudio de grabación graba CD’s, demos y pistas profesionales personalizadas efectuadas con instrumentos reales para diversos artistas que necesitan acompañamiento. Grabó varios CD’s de tango y en la actualidad se puede acceder a su música a través de You Tube, Facebook e Instagram.

Hace dos meses tocó como bandoneón solista con la Orquesta Sinfónica de Jerusalén en el Teatro Colón. Acaba de regresar de Ribeirão Preto, Brasil, donde tocó –a sala llena- como bandoneonista solista con la Orquesta Sinfónica de dicha ciudad en el Teatro Pedro II y fue el autor de los arreglos musicales del concierto.

Dialogamos con este bandoneonista y pianista apasionado por su oficio, quien en un tono amable hizo un recorrido por su trayectoria y sus proyectos.

-¿Cómo comenzó su vínculo con la música?

-Yo soy músico desde muy pequeño. Empecé estudiando piano a los 4 años. Cuando era chico hacía un montón de actividades fuera del colegio hasta que le empecé a dedicar más tiempo a la música. Ya a los 15 años estudiaba con cinco profesores particulares materias como piano clásico y jazz, teoría musical, armonía, contrapunto, dodecafonismo, composición. Después, cuando terminé la secundaria, conseguí una beca para irme a estudiar a Israel, a una universidad de música. Allí me recibí de Bachelor y luego cursé un Master en Composición. En ese momento ya estaba tocando bastante tango, ya me había encontrado con el bandoneón. A los 20 años empecé a tocar el bandoneón.

-¿Por qué optó por el piano y el bandoneón?

-Empecé por el piano porque en su momento mi hermana iba a estudiar música y cuando ella volvía, yo copiaba y tocaba lo mismo que ella. Luego, como mis padres vieron que yo tenía interés, fuimos los dos a estudiar. Ella después dejó, yo continué y me quedé con el piano. En esa época, de chico, yo no sabía qué era un bandoneón. El bandoneón lo descubrí al escuchar tango de grande, sobre todo Piazzolla, a los 17. Cuando yo vivía en Israel, me agarraba la nostalgia, entonces empecé a escuchar tango. En uno de los viajes que hice para acá me compré un bandoneón, tomé unas clases y después me lo llevé para investigar solo.

-¿Cuáles son sus referentes en el tango?

-Siempre me gustaron varios estilos de tango o varios temas dentro de un estilo de tango. Mis referentes son Troilo, Piazzolla, Laurenz, Pugliese, Salgán, o sea, tengo un espectro bastante amplio de la música que me gusta de cada género.

-Se nota que usted disfruta mucho cuando toca en el escenario.

Disfruto todo, los eventos chicos y los eventos grandes, siempre poniéndole toda la garra y el corazón a los proyectos. Prefiero eso y no tocar fijo en una casa de tango, que es todos los días la misma función. Es como estar en un circo, todos los días lo mismo. A mí eso de no tener esa adrenalina de transpirar en el escenario, de no tener la incertidumbre de cómo va a sonar no me gusta. Para mí la música, el arte pasa por otra cosa y si uno toca las notas y no necesita trasmitir nada para mí es como que le saca el corazón. No tiene sentido la música en ese tipo de función.

-Usted realiza con frecuencia giras al exterior.

-Viajo desde hace algunos años. Lo que estoy haciendo últimamente es viajar a hacer música en un formato que no es muy convencional para el tango, que es tocar con orquestas sinfónicas. Si uno quiere tocar Troilo, dicen “eso ya está hecho”, no es así porque Troilo no tocó con orquesta sinfónica, tocó con orquesta típica de 19 músicos mientras que una orquesta sinfónica puede estar conformada por 80 músicos. Hace dos meses vino la Sinfónica de Jerusalén en una gira por Sudamérica y me invitaron a tocar como bandoneón solista en el Teatro Colón. En esa oportunidad me comisionaron que les escribiera los arreglos de Mi Buenos Aires querido.

– Cuéntenos sobre su tema dedicado a Piazzolla.

-El año pasado me contactaron para hacer un concierto sinfónico en Ribeirão Preto, Brasil. Era la primera vez que el teatro se abría después de dos años de clausura por la pandemia y se decidió abrirlo con un homenaje a Piazzolla. Entonces realizamos un concierto con toda la música de Piazzolla con la orquesta, y yo como bandoneón solista. En esa ocasión estrené un tema, compuesto por mí, dedicado a Piazzolla a modo de homenaje. Es un tema con aire piazzollesco, por supuesto, que se llama Piazzolla-si-do. Jugué con las notas la-si-do. Es una música que todo el tiempo va pasando por esas tres notas y algunas más.

El secreto del bandoneón. El primer método de bandoneón aplicado al tango argentino, es un libro suyo sobre su método de enseñanza del instrumento. ¿Cómo nació ese libro?

-Hasta hace unos años se aprendía a tocar el bandoneón de fotocopias de fotocopias. En los libros escritos por bandoneonistas de tango todos los ejemplos tenían que ver con la música clásica y eran ejercicios de técnica de dedos pero esos libros eran totalmente carentes de explicación y ninguno mencionaba la palabra tango ni ningún tipo de estilo. Yo hice un libro con explicaciones, que está en castellano y en inglés, y tiene todos los condimentos necesarios para que un músico que vive en una cabaña en Calamuchita, sin Internet, pueda aprender, es decir, tenga todo el conocimiento teórico-práctico. Además, el libro cuenta con todos los ejemplos grabados en un CD ROM. Es un método con el cual me hubiese gustado aprender a mí. El método fue declarado de Interés Cultural por el Ministerio de Cultura de la Nación y por la Academia Nacional del Tango.

-¿Cómo es su experiencia como docente?

-Para ser docente hay que tener mucha paciencia, una pedagogía y un material bien preparado para los alumnos. Tengo bastantes alumnos tanto del exterior como del interior del país; algunos chiquitos de 5 años y también de 86 años. Algunos arrancan de cero. El único requisito para aprender es tener ganas y tener tiempo para dedicarle, como todo. No funciona si uno no le pone horas de práctica.

-¿Qué balance hace de estos 45 años dedicados a la música?

-Para mí fue fácil la decisión de dedicarme a la música porque lo hago desde chico y ésa es mi vocación. Hago las cosas que me gustan dentro de la música. Siempre estuve en esto y para mí es la única forma de vida que tengo. Hoy si lo tuviera que empezar de nuevo, lo eligiría igual. El balance para mí es muy positivo. Estoy muy contento y siento que ahora estoy empezando a cosechar los frutos con los viajes al exterior que estoy haciendo, al tocar como solista con orquestas, se me cierra el círculo, me cruzo con músicos que estuvieron conmigo en la universidad. Junto todo, todo lo que estudié de composición, de arreglos, con el hecho de tocar como solista el bandoneón. Estoy pasando un momento muy lindo de mi carrera. Ojalá que sigan apareciendo o gestionándolos yo, nuevos proyectos y nuevas oportunidades.

-¿Cuáles son sus proyectos en lo inmediato?

-La Orquesta Sinfónica de Ribeirão Preto me contrató para que vuelva el año próximo, en octubre, a realizar una cuarta función. Ya estuve en tres oportunidades en esa ciudad. Mi idea es tratar de llegar a otras ciudades. Pronto viene fin de año, por suerte voy a tocar en un montón de eventos y conciertos. En 2023 voy a presentar varios discos que grabé este año tanto míos como de otros artistas para los cuales toqué e hice los arreglos.

 

FOTO: Norberto Vogel y su bandoneón.