Una placa recuerda a Martha Pereyra Iraola
La pasada semana La Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires colocó una placa recordatoria en el lugar donde nació Martha Pereyra Iraola, en Florida 878. Actualmente esta es una entrada a la Galería del Sol, pero allí se encontraba la que fue casa natal y en la cual vivió hasta los 20 años esta mujer dedicada desde muy joven a la vocación religiosa, quien se encuentra actualmente en proceso de beatificación.
El descubrimiento de la placa estuvo a cargo del legislador Eduardo Santamarina, quien habló refiriéndose a la personalidad de Martha, recordando además cuando trató sobre ella en una entrevista con el Papa Francisco, que la conoció mucho. Luego la bendición estuvo a cargo de Monseñor Santiago Olivera. Estuvieron presentes familiares, amigos y muchas personas que la habían conocido y tratado.
Martha Pareyra Iraola nació en una familia de amplio arraigo en el país. Era hija de Martín Pereyra Iraola y de Esther Ayerza. Descendía entonces por línea paterna de aquel Simón Pereyra que ya era rico por la época de Rosas, y que hizo construir la que fue al principio una quinta e iba a ser después por muchos años la residencia de la familia en la calle Esmeralda 1212, donde se encuentra actualmente la sede del Ministerio de Relaciones Exteriores. Martha nació el 26 de agosto de 1913 en la amplia casa de la calle Florida, también propiedad de la familia y que ocupaba un cuarto de manzana. Estudió en el Colegio del Sagrado Corazón, y al despertarse en ella la vocación religiosa entró allí al noviciado, donde profesó en 1942. Sus primeros años estuvieron dedicados a la docencia, luego fue destinada a tareas misionales en el interior del país: primero a Reconquista, en la provincia de Santa Fe, más tarde a Famaillá, en La Rioja.
Razones de salud hicieron que volviera a Buenos Aires, donde siguió trabajando siempre con alegría y por el bien de los demás. Martha Pereyra Iraola murió repentinamente un día antes de cumplir 85 años, el 25 de agosto de 1998. Quien era por entonces el Cardenal Jorge Bergoglio reconoció en ella a una figura de gran relevancia en su tarea. Y al iniciar el proceso tendiente a su beatificación destacó precisamente su “fama de santidad y el desvelo que puso en la atención de los más pobres”.
Una historia sencilla y extraordinaria a la vez la de esta religiosa, que espera ahora el reconocimiento definitivo a aquello que muchas personas recuerdan todavía como una personalidad excepcional, y que tiene ahora el hito de una placa en el lugar en que estaba su casa natal.
FOTOS:
- El legislador Eduardo Santamarina descubrió la placa que recuerda a Martha Pereyra Iraola en la calle Florida.
- Moseñor Olivera bendijo la placa y a los presentes en la ceremonia.
(Fotos La Gaceta del Retiro)