La Menesunda ayer y hoy
Por Josefina del Solar
El recordado evento artístico de vanguardia realizado a mediados de los ´60 revive actualmente en Buenos Aires.
Como todo término lunfardo, la palabra menesunda no es fácil de explicar, y menos aún de ser reemplazada por otra equivalente. En todo caso puede decirse que significa, aproximadamente, algo mezclado o revuelto.
En el plano artístico local, se conoce como La Menesunda al recordado evento realizado por Marta Minujín junto a Rubén Santantonín en el mítico Instituto Di Tella en 1965. Consistía en un circuito a recorrer en el que el espectador era en realidad un participante de ese laberinto con varios espacios en el que se presentaban distintas experiencias sensibles. Había por ejemplo una sala con televisores a todo volumen, una escultura gigante que era la cabeza de una mujer a la que se podía ingresar, un espacio con una cama en la que estaba una pareja, otro con ventiladores que hacían volar papel picado. En aquellos años la Menesunda causó gran impacto y mucha controversia, además de convocar numeroso público visitante. Era sin duda la expresión de la vanguardia de los ´60 manifestada por los artistas que la llevaron a cabo, y también por el ámbito en el que se realizó. Era en fin una propuesta provocadora y sorprendente. Y todo ese revuelo quedó también en el imaginario colectivo como un prototipo de las vanguardias artísticas locales.
Hoy, a 50 años de aquello, volvió la Menesunda a Buenos Aires. Ya no como en los ´60 en la “Manzana Loca” como se llamaba a ese tramo de Florida llegando a la Plaza San Martín, en el que estaban la Galería del Este, el Di Tella y otros lugares vinculados a lo que eran nuevas manifestaciones artísticas. Ahora se abrió en el Museo de Arte Moderno, reproduciendo los mismos 11 espacios en forma de laberinto que conformaron la experiencia original, mezcla de colores, impresiones táctiles, aromas, sensaciones.
Como de la Menesunda original no quedó nada, para reproducirla se apeló a fotografías, documentos, textos periodísticos y memorias, de las cuales la más representativa es la de la propia Minujín.
Coexisten nuevamente los televisores, los pisos texturados, las luces de neón, es decir los diferentes espacios a recorrer, o más bien a experimentar y participar. Y todo eso es de nuevo motivo de asombro y de entusiasmo, ahora de otras generaciones que no conocieron aquella experiencia del ´65. Por ejemplo Fabiana, diseñadora gráfica, así nos comentaba sus sensaciones ante el evento: “Al ingresar en la muestra uno se siente parte de ella, se convierte en protagonista, se mezcla con los escenarios y con la gente que también participa. Es un laberinto de sensaciones, de colores, de temperaturas, olores y sonidos diferentes, todo hecho con los materiales más diversos”. Y agrega: “Es una muestra que sorprende y provoca sentimientos, nos sentimos divertidos, o temerosos de qué habrá después. Lo que más me gustó fue sacarme una foto delante de una pared de neón, igual que lo hizo Marta Minujín con sus anteojos espejados, rodeada de una luz multicolor y psicodélica”.
La Menesunda según Marta Minujin puede visitarse hasta el 30 de noviembre de martes a domingos y feriados de 12 a 18 hs. en el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires, Av. San Juan 350. Entrada $ 20, martes gratis.
Dadas las características del recorrido, hay ciertas restricciones para ingresar con algunos elementos. Para consultas: 4361-6919.
Marta Minujín en la Menesunda actual.