La calle Arroyo: su estado actual
La reforma de la calle Arroyo, encarada inicialmente en el tramo que va desde Carlos Pellegrini a Esmeralda, ha sido de las más cuestionadas por los vecinos. Las razones son varias, pero en primer lugar se trata de una calle corta, de perfil propio, residencial pero también con importante presencia de galerías de arte y antigüedades, y que según la mayoría de quienes viven allí no necesitaba ser reformada ni peatonalizada, porque estaba en buenas condiciones y tiene en realidad poco tránsito vehicular. En este caso se trata, como casi todos los que se han hecho últimamente, no de una peatonalización completa sino de una reducción de calzada con la consiguiente ampliación de las veredas.
El otro tema que mucho se cuestionó fue lo que se anunció respecto a que se sacarían los árboles de esa calle, lo que afortunadamente quedó sin efecto gracias a la actitud de vecinos en contra de la medida. Uno de los que más se buscó preservar fue el árbol que se encuentra frente a la que fuera Embajada de Israel, el que es un sobreviviente del terrible atentado que allí ocurrió en 1992, con tan graves consecuencias.
Tampoco van a colocarse bancos ni mesas en las veredas, según pudieron confirmar algunos vecinos en su diálogo con funcionarios.
Ahora evidentemente se han terminado los trabajos a la altura del 900, que fue la primera cuadra que se tocó. El resultado estéticamente parece bueno, salvo las consabidas balas que en lo personal no nos gustan demasiado. Pero, terminada esa cuadra, esperemos a ver, por ejemplo en días de lluvia, que las rejillas sean suficientes para desagotar el agua y que no ocurra lo que algunos temen, y es que un desagote deficiente pueda afectar a algunos edificios.
La obra continuará seguramente en la curva hacia Esmeralda.