La avenida Corrientes y su nueva realidad
La avenida Corrientes es una de las arterias más emblemáticas de la ciudad. Constituye un polo cultural, gastronómico y teatral, con sus marquesinas, librerías y pizzerías. Sin embargo en los últimos años había entrado en un cono de sombra, en un período de deterioro y decadencia. Por ello, a principios de 2018 se decidió su puesta en valor, realizada a través de una obra que culminó a mediados de abril.
La nueva avenida Corrientes se inauguró con una gran fiesta. El fin de las reformas fue un alivio para los comerciantes quienes, mientras se realizaban, vivieron una auténtica “tragedia” –así lo definió el encargado de una tradicional pizzería- ya que las actividades se resintieron al ser muy dificultoso acceder a la zona.
Recordemos que la obra consistió en crear un cantero central –entre Callao y Cerrito- que divide la avenida en dos. Sobre la derecha funcionan dos carriles exclusivos para taxis y colectivos las 24 horas del día, mientras que sobre la izquierda hay dos carriles destinados a autos particulares entre las 2 y las 19 horas; esta franja se transforma en peatonal entre las 19 y las 2 de la madrugada. Se colocaron bolardos para separar la zona peatonal de la vehicular.
Desde el Gobierno de la Ciudad el fin declarado de las refacciones fue volver a posicionar a Corrientes como una de las grandes atracciones culturales y de entretenimiento de Argentina y Latinoamérica, y poner en el centro a las personas para que puedan disfrutar del espacio público.
Transcurrido un mes de la inauguración ¿qué repercusiones tiene el cambio? ¿Se lograron los objetivos que se propusieron las autoridades al realizar la obra? Nos dirigimos al lugar y dialogamos con transeúntes y comerciantes quienes nos brindaron su opinión.
La mayoría de las personas consultadas consideró que la avenida quedó más linda y elegante que antes, pero también coincidieron en que se efectuó un gasto innecesario porque la ciudad tiene otras cuestiones más urgentes que atender. El encargado de una conocida librería se quejó de los serios perjuicios sufridos mientras duró la reforma, en lo que coincide con el resto de los comerciantes. “Estuvieron un año y medio para terminarla, ¡eran diez cuadras! En plenas vacaciones de invierno me llegaron a romper la puerta del local”, afirmó contrariado. Un empleado de un estacionamiento comentó que en poco tiempo se cambiaron las baldosas de la avenida dos veces, según su opinión sin necesidad. “Esa es la plata de todos los vecinos de la ciudad”, se lamentó.
En general, notamos que entre los comerciantes hay cierto desánimo. Si bien aquellos que se encuentran del lado de la peatonal se benefician con el mayor tránsito de gente a partir de las 19, reconocieron que a pesar de ello las ventas no mejoran y la situación sigue tan penosa como antes. Es decir, para ellos la nueva Corrientes no implicó ningún cambio positivo. Señalaron que hay más gente pero no compra ni consume; se limita a pasear, curiosear o sacarse selfies. Según el propietario de un puesto de diarios, “está todo igual debido a la crisis que hay en el país, las ventas no subieron”. Para el encargado de la pizzería en cambio, “volvimos a tener la clientela que teníamos antes de las reformas. La gente sale del teatro y viene para acá”.
Entre los comerciantes consultados, varios comentaron que en los últimos meses se produjeron muchos robos en la zona. Cuando se les preguntó si percibían alguna mejora respecto a la seguridad a partir de la puesta en valor de la avenida, algunos sostuvieron que hay más policías, sobre todo a la noche, mientras que otros no notaron demasiados cambios en ese sentido. El mencionado canillita rescató que hay más presencia policial: “La seguridad mejoró mucho, no hay tantos punguistas como antes”. En cambio, el empleado de una librería dijo que cuando sale de trabajar los domingos no ve un solo agente. El mismo parecer manifestó el encargado de otra librería y el de la pizzería. Este último reclamó que “hay que incorporar más seguridad sí o sí porque si hay una peatonal para que haya más gente, hay de todo, tanto gente buena como gente mala. Hay vigilancia por parte del Gobierno de la Ciudad pero policías se ven los mismos que antes, muchos haciendo multas”.
En Corrientes y Montevideo hay un gran cartel del gobierno porteño que dice “Vivamos la nueva Calle Corrientes”, quizás en un intento de despertar entusiasmo. Después de nuestra recorrida y del contacto con vecinos y comerciantes, nos queda la sensación de que la puesta en valor de la avenida es un bello maquillaje, que la ha dejado muy linda según estiman muchos; pero que hasta el momento, también de acuerdo a las opiniones consultadas, no logra reactivar completamente su actividad en el contexto difícil de la crisis actual.
Laura Brosio
FOTO: En la renovada Corrientes se colocó un cantero central –entre Callao y Cerrito- que divide la avenida en dos.