25 de Mayo 1810 – 2022
El 25 de Mayo, fecha fundacional de lo que es hoy la República Argentina, ha dado lugar a grandes celebraciones, incluso cuando Buenos Aires era apenas una gran aldea.
Estos festejos se conocen como Fiestas Mayas, y nos han quedado de ellas varias descripciones, incluso realizadas por extranjeros. Uno de ellos, que publicó sus relatos simplemente bajo el nombre de “Un inglés” (1), relata al respecto:
“El 25 de Mayo de 1810 marca el nacimiento de la independencia argentina. El suceso es recordado anualmente con un festival que dura tres días. Comienza la noche del 24, en que la Plaza es iluminada mediante un amplio círculo de madera que rodea toda la pirámide. La madrugada del 25 los muchachos cantan el Himno Nacional frente a la pirámide. Durante el día tienen lugar varios festejos: se plantan palos enjabonados que tienen en su extremo superior chales, relojes y bolsas con dinero. Quien logra trepar al palo obtiene cualquiera de esos premios. (…) También hay un ingenioso aparato llamado ‘rompecabezas’ que consiste en una estaca colocada longitudinalmente sobre pivotes, a la que se sube por una soga. La dificultad consiste en pasar por esta estaca. Cientos de personas fracasan; el ganador se lleva como premio una moneda”.
El relato se extiende en la referencia a los festejos mencionando las bandas de música que tocaban en las galerías del Cabildo, la función nocturna de teatro, la distribución de premios a los estudiantes destacados en la iglesia del Colegio, los bailes en un tablado de la Plaza, los desfiles de coches ornamentales con personas disfrazadas, la música que se tocaba en esos desfiles, y otros detalles. También se refiere a la participación de las autoridades:
“El 25 de Mayo el gobernador y otras personalidades políticas y eclesiásticas se dirigen a la Catedral, donde se oficia un servicio solemne”, agrega.
Muchas décadas después de esto que describe el cronista inglés, ya no se jugaba al palo enjabonado pero sí se realizaban desfiles y sobre todo se festejaba intensamente en las escuelas, conociendo y recordando a ese puñado de patriotas que sin saberlo todavía, estaban inaugurando un país.
Hoy se recuerda muy poco de aquella hazaña, lo que nos abre un signo de interrogación sobre nuestro futuro. Pero más allá de reflexiones e incertidumbres, va nuestro simple recuerdo y la enorme admiración para quienes hicieron aquella Revolución, en mayo de 1810. Y la expresión de un deseo profundo: ¡Qué viva la Patria!
- Un inglés: Cinco años en Buenos Aires.
ILUSTRACION: Charles H. Pellegrini: Las Fiestas mayas de 1841 en Buenos Aires.