23 noviembre, 2024
Actualidad

Estudiantes universitarios argentinos realizaron prácticas en la Antártida

Estudiantes de la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires realizaron un
viaje a la Antártida, en el que hicieron prácticas preprofesionales. Este viaje fue posible a
partir de un convenio firmado entre la Facultad y el Comando Conjunto Antártico
(COCOANTAR), por medio del Grupo IFES, empresa incubada en FAUBA.

Dos estudiantes y una egresada de la FAUBA viajaron al continente blanco para realizar
prácticas preprofesionales en las bases Petrel, Esperanza y Marambio.

“Se trata de la primera vez que la Facultad firma un convenio para realizar actividades en la
Antártida y constituye una propuesta novedosa el haber postulado a estudiantes quienes
viajaron acompañados por una graduada con experiencia en conservación de ambientes
naturales y ecosistemas frágiles y que se desempeñó también como enlace con la firma
IFES SRL. Esto abre posibilidades a futuro en materia de investigación, desarrollo de
procesos y tecnologías, intercambio de experiencias, formación y capacitación, con
posibilidades infinitas”, expresaron Roberto Serafini, docente de la Cátedra de Química
Inorgánica y Analítica de la FAUBA y Guido Casanovas, del Grupo IFES.

Según detallaron, próximamente se presentarán los primeros resultados de los análisis
realizados por los jóvenes en el continente. “La relación tanto de FAUBA como de IFES
con el COCOANTAR tiene varios proyectos a mediano y largo plazo que conforme a los
avances de cada campaña se espera que se vayan realizando y generando nuevas
oportunidades de viajes”, dijeron.

Martina Sánchez Wilson es egresada de la Licenciatura en Ciencias Ambientales de la
FAUBA y trabaja en la gestión y conservación de ambientes de montaña y restauración de
ecosistemas. Viajó a la Antártida como tutora de los estudiantes y representante del Grupo
IFES. Durante la estadía realizó un relevamiento sobre el estado de los sistemas de
tratamiento de efluentes en la base Esperanza y Marambio. “Esto se suma al trabajo ya
realizado en la Base Petrel, permitiendo así, la evaluación de necesidades, mejoras y
alternativas que garanticen un buen tratamiento de las aguas residuales y un menor impacto
ambiental”, dijo. El trabajo es parte de un proyecto tecnológico que involucra el manejo de
residuos y energías renovables, realizado de forma conjunta entre IFES y el
COCOANTAR.

Cristian Weigandt estudia Agronomía, se desempeña actualmente como personal técnico
en la Cátedra de Química Inorgánica y Analítica de la FAUBA y en la Antártida tomó
muestras de suelo para evaluar opciones de producción de hortalizas complementarias al
sistema hidropónico que utilizan actualmente en el continente. “Realicé los ensayos con
residuos orgánicos y en la Facultad vamos a instalar una cámara de cultivo para simular las
condiciones de las bases antárticas en cuanto a período de luz, temperatura y humedad.
Deseamos plantear opciones de cultivo y producción tendientes a incrementar la provisión
de verduras frescas y plantas aromáticas para las dotaciones”, reveló.

A la vez, Maya Jiménez es una joven estudiante de Ciencias Ambientales y en la Antártida
relevó residuos orgánicos para comprender su gestión y los posibles impactos ambientales.
También colaboró en un relevamiento de las plantas de tratamiento de efluentes de las bases
visitadas. “Tuvimos la oportunidad de realizar exploraciones muy largas y recorrer zonas
bien alejadas de las instalaciones de la base. Estas expediciones fueron impresionantes, la
imponencia del paisaje antártico me dejó sin palabras. La experiencia de trabajar en un
entorno tan extremo y hermoso fue verdaderamente enriquecedora y dejó una marca
duradera en mi formación como científica”, remarcó.

Para llevar a cabo las actividades, el equipo de la FAUBA realizó varias exploraciones a
campo con guías especializados. Se acercaron a los glaciares y observaron la fauna local:
lobos y elefantes marinos, diferentes especies de focas y pingüinos, escúas, petreles,
gaviotines y palomas antárticas. Además, recolectaron muestras de algas marinas y guano
de pingüinos.

El acuerdo establecido entre la Facultad y el Comando Conjunto Antártico, habilitó a que
estudiantes de distintas carreras puedan realizar proyectos científicos y prácticas en las
diversas bases del continente. Para los jóvenes profesionales el viaje a la Antártida fue una
aventura inigualable.

“Hace tiempo que vengo cultivando un interés muy particular por la Antártida, soñaba con
la posibilidad de realizar campañas de investigación en un entorno tan único y gracias a mi
facultad tuve el privilegio de cumplirlo. El continente blanco resulta impresionante para
cualquiera que tenga la oportunidad de visitarlo. Para un científico, y especialmente para un
estudiante en formación, es básicamente un parque de juegos lleno de oportunidades para
descubrir y aprender. Su biodiversidad única, sus registros climáticos atrapados en el hielo
y la pureza de su ambiente hacen de la Antártida un laboratorio natural incomparable”,
expresó Maya.

“Íbamos a permanecer unos diez días y finalmente se convirtieron en cuarenta. Había que
pasar el tiempo, cociné, me encargué de hacer algunas meriendas con recetas familiares. El
viaje fue alucinante, se veían los glaciares, fuimos a una montaña, vimos una laguna
congelada y caminamos en un laberinto de bloques de hielo gigantes. Jamás pensé que iba a
estar en un lugar así”, contó Cristian.

“Fue una oportunidad única, con un sin fin de anécdotas y aprendizajes. Conocer cómo
funcionan las Bases de nuestro país, y qué aportes podemos hacer desde nuestra formación
y conocimientos, es una gran experiencia a nivel profesional y también a nivel personal.  Ni
hablar del día a día, y la experiencia, por ejemplo, de estar en el Rompehielos Irizar, o de
sobrevolar el Mar de Weddell en helicóptero y poder ver ballenas o animales sobre los
témpanos. Me gustaría alentar a los estudiantes a aprovechar los espacios de aprendizaje
que ofrece la Facultad”, enfatizó Martina.

FOTO: Dos estudiantes y una egresada de la FAUBA viajaron al continente blanco para
realizar prácticas preprofesionales.