El Obelisco tendrá un ascensor que permitirá acceder a su parte superior
El Obelisco de Buenos Aires fue construido en 1936, conmemorando el cuarto centenario
de la primera fundación de esta Ciudad. Fue durante la intendencia de Mariano De Vedia y
Mitre, quien encargó la obra al arquitecto Alberto Prebisch. Su inauguración se hizo en un
importante acto encabezado por el entonces presidente de la Nación Agustín P. Justo. Fue
emplazado en la inmejorable ubicación de la ensanchada Corrientes y la avenida 9 de Julio
que todavía no estaba abierta, aunque ya había comenzado las obras. En ese mismo lugar
estuvo anteriormente la iglesia de San Nicolás, en la que por primera vez se izó la Bandera
Argentina. Esta iglesia fue entonces demolida y trasladada a otra ubicación.
Inicialmente, el Obelisco estaba revestido de lajas de piedra, que pronto empezaron a
desprenderse, por lo que se le cambió su revestimiento por un revoque de cemento,
fundamentalmente para evitar posibles accidentes. Pero lo que se dio más rápidamente
todavía fue el rechazo al monumento. Hubo críticas desde distintos sectores, que lo
consideraban absurdo, sin gracia, y un elemento que no aportaba nada a la Ciudad. Tantas
fueron las presiones en ese sentido, que no mucho después de su emplazamiento, en 1939,
el Concejo Deliberante sacó una ordenanza para su demolición, argumentando razones de
seguridad, estéticas y económicas; pero ésta fue vetada por el intendente Goyeneche, no se
llevó a cabo, y finalmente el Obelisco sobrevivió.
Y no solo sobrevivió, sino que se convirtió en el símbolo de Buenos Aires. El que
representa visualmente a esta Ciudad, y al que en numerosas oportunidades se lo reviste de
determinados colores, por alguna festividad; o tomando las actuales tecnologías se
proyectan imágenes sobre su superficie. También, y lo sabemos todos, el Obelisco es un
centro de convocatoria en determinadas situaciones, como lo fue, entre tantas otras, el
festejo por el Mundial de Fútbol que ganó Argentina en 2022.
También de alguna manera, el Obelisco guarda una suerte de misterio, ya que no se puede
acceder a su cima. Para llegar a asomarse a una de sus ventanas –recordemos que tiene 67,5
metros de alto- se debe subir por una escalera marinera de 206 escalones adosada a la
pared, lo que es por supuesto muy difícil y se hace solo en muy escasas ocasiones y por
necesidad, ya que no está permitido.
Pero ahora eso está cambiando. Pronto el Obelisco tendrá un ascensor interno, que ya se
está instalando, y se van a organizar visitas guiadas para vecinos y turistas, que podrán por
fin asomarse a una ventana superior y tener una vista excepcional de Buenos Aires. Las
obras, a cargo del Ministerio de Espacio Público de la Ciudad, tendrán una duración
aproximada de ocho meses, según se anunció. Con el ascensor se podrá llegar hasta los 55
metros de altura, desde allí se subirá hasta el mirador con las ventanas por una escalera de
caracol.
FOTOS:
– Pronto se podrá visitar el interior del Obelisco y acceder a su mirador.
– El Obelisco está cercado, y un cartel indica las obras que se están realizando.
(Fotos La Gaceta del Retiro)