16 septiembre, 2024
En Buenos Aires

El Obelisco dio que hablar

Si hay algo que puede decirse que representa a Buenos Aires es sin dudas el Obelisco.

Situado en un punto céntrico, visible desde buena parte de Corrientes y la 9 de Julio, su silueta es verdaderamente un símbolo que identifica a esta ciudad en cualquier lugar del mundo.

Obra del arquitecto Alberto Prebisch, fue construido y emplazado en 1936 como un monumento conmemorativo, al cumplirse 400 años de la primera fundación de Buenos Aires por Pedro de Mendoza.
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Claro que no siempre gozó de la misma representatividad que hoy. Inicialmente, muchas voces se alzaron en su contra, y hasta se llegó a aprobar en el Concejo Deliberante su demolición, por considerarlo cuanto menos antiestético. Finalmente -y por suerte- eso no se concretó, y contrariamente llegó a ser además de un símbolo, un punto de confluencia cuando hubo ocasión para festejos o manifestaciones multitudinarias. 

Pero por estos días fue también motivo de  sorpresa e intriga, ya que a la vista de todos el Obelisco apareció recortado, parecía que le habían seccionado la punta. Y eso dio lugar a comentarios e interpretaciones varias, y hasta hubo quienes rápidamente se indignaron por lo que parecía ser un atentado contra el máximo emblema de Buenos Aires. 

Pero también los medios de comunicación se hicieron eco del fenómeno, que pronto quedó aclarado. Se trataba de una intervención artística, denominada “La democracia del símbolo”, del artista plástico argentino Leandro Erlich. Para concretarla, la parte superior del Obelisco fue cubierta con una suerte de capuchón hecho de un material de apariencia semejante al del monumento, lo que daba la impresión de que había sido cortada. Y a  la vez se construyó una réplica de la punta, de tamaño natural, que se colocó en la escalinata del Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (MALBA). El juego consistía entonces en simular que la punta del Obelisco faltante estaba allí en el Museo, accesible al público, que podría así develar el misterio de lo que encierra el Obelisco en lo alto, ya que la imposibilidad de acceder a su interior dio origen también a muchas historias y mitos urbanos.

El caso es que el Obelisco estará “recortado” hasta el lunes 28 de este mes, pero la punta podrá visitarse en el MALBA, Av. Figueroa Alcorta 3415, hasta marzo del 2016. 
Mientras tanto, recordamos el comienzo de un soneto que le dedicara al porteño monumento el poeta Baldomero Fernández Moreno: ¿Dónde tenía la ciudad guardada/esta espada de plata refulgente/desenvainada repentinamente/y a los cielos azules asestada? 


El Obelisco podrá verse así sólo algunos días  más  (Foto La Gaceta del Retiro)