El general San Martín y el Retiro
Por Josefina del Solar
En este mes de agosto dedicado a la evocación sanmartiniana, resulta oportuno poner de
relieve la vinculación que tuvo esta zona de Buenos Aires llamada Retiro con el General
José de San Martín. Esta vinculación se expresa en forma notoria en el hecho de que el
espacio en torno al cual fue desarrollándose este barrio porteño lleva precisamente el
nombre del Libertador y está dedicado a su memoria.
José de San Martín había nacido en Yapeyú –actual provincia de Corrientes- lugar que
perteneció a una de las Misiones Jesuíticas de esa región y en el que su padre era
gobernador. Pero a los siete años se traslada con su familia a España, donde hará sus
estudios y su carrera militar. Cuando en 1808 Napoleón Bonaparte se adueña del poder en
España, el hecho da lugar al comienzo de los movimientos de independencia de las colonias
españolas en América, lo que decide a San Martín a regresar a su tierra natal para ponerse
al servicio de esa causa. Así en marzo de 1812, con 34 años recién cumplidos, San Martin
desembarca en Buenos Aires e inmediatamente se presenta ante las autoridades locales, las
que, dados sus antecedentes y su invalorable experiencia, no solo le reconocen su grado de
teniente coronel sino que le encomiendan la formación y el mando de un cuerpo de
caballería.
San Martin se pone a trabajar en esto, comenzando por la rigurosa selección de los hombres
que iban a integrar el cuerpo militar, el que recibirá el nombre de Escuadrón de Granaderos
a Caballo. En principio se le concede el uso del Cuartel de la Ranchería, situado en las
actuales Perú y Alsina; pero considerando que el lugar no era apto para lo que necesitaba,
San Martín solicita que se le concedan los Cuarteles del Retiro, seguramente por ser más
amplios y estar alejados del sector más poblado de la ciudad.
Los Cuarteles del Retiro habían sido construidos en el siglo XVIII, estaban ubicados en lo
que es hoy la Plaza San Martín, en la prolongación de la actual Arenales entre Maipú y
Florida, y se hallaban desocupados en ese momento. El 4 de mayo de 1812 el gobernador
de Buenos Aires Don Miguel de Azcuénaga comunica la disponibilidad de los Cuarteles,
por lo que a partir de esa fecha y luego de algunas reparaciones que debieron hacerse, estas
instalaciones pasan a ser el ámbito en el cual San Martín organiza su Escuadrón de
Granaderos. Para esto se ocupará en forma personal de la instrucción militar de sus
hombres, pero además de otros aspectos, desde requerir lo necesario para la alimentación y
el armamento, hasta tomar medidas para la provisión de los caballos.
La primera y exitosa prueba para el cuerpo militar y su jefe se dio en febrero de 1813 en la
Batalla de San Lorenzo; luego regresan al Retiro, donde San Martín solicita que se le
facilite la Plaza de Toros que se encontraba en las cercanías de los Cuarteles para ser
utilizada como caballeriza. Pero tiempo después es designado al frente del Ejército del
Norte y deberá partir para cumplir esa misión, en enero de 1814. Luego seguirán las
distintas etapas de la campaña libertadora en Mendoza, Chile y Perú. San Martín ya no
volverá con sus Granaderos al Retiro. Sin embargo el lugar y su entorno, ya denominado
Plaza de Marte en relación a la actividad militar allí desarrollada, va a vincularse
nuevamente años después a la figura del Libertador.
Luego de su muerte, ocurrida el 17 de agosto de 1850 en Boulogne-Sur-Mer (Francia), el
progresivo reconocimiento de la excepcional dimensión histórica de San Martín, y la
conciencia de que la Plaza de Marte había sido la cuna de las campañas libertadoras,
hicieron de ésta el lugar elegido para la primera estatua ecuestre que va a tener Buenos
Aires, precisamente la del héroe de los Andes. La Plaza había sido reformada tiempo antes,
y separada calle de por medio de los Cuarteles, por lo que su espacio central era el más
indicado para emplazarla.
Para hacerse cargo de todo lo referido al tema se conformó una comisión, la que
encomendó el trabajo al escultor francés Louis-Joseph Daumas, especialista en este tipo de
obras. La inauguración del monumento al General San Martín se realizó el 13 de julio de
1862, en un acto presidido por Bartolomé Mitre, por entonces gobernador de Buenos Aires
a cargo del Poder Ejecutivo Nacional. Además de Mitre hablaron en la oportunidad varias
personalidades vinculadas al prócer, como Enrique Martínez –lo hizo en reemplazo del
General José Matías Zapiola, antiguo compañero y amigo de San Martín, que se encontraba
enfermo- y los Generales Tomás Guido y Lucio V. Mansilla.
El monumento fue colocado en el centro de la actual Plaza, paralelo a los Carteles y
orientado en sentido inverso a como está en la actualidad. Estaba rodeado de una reja en
cuyos ángulos se hallaban emplazados faroles a gas. El pedestal original era bastante
simple, por lo que en 1910, para el Centenario de la Revolución de Mayo, va a ser
reemplazado por otro basamento adornado con bajorrelieves de bronce realizados por el
escultor Gustavo Eberlein. En la oportunidad se cambió también la orientación del
monumento.
En 1878, al cumplirse el primer centenario del nacimiento del Libertador, la Municipalidad
de Buenos Aires dio a la antigua Plaza de Marte el nombre de Plaza San Martín con el que
hoy la conocemos. Dos años más tarde, y en cumplimiento del deseo de que su corazón
descansara en esta ciudad, a bordo del buque de guerra Villarino llegan los restos del prócer
al puerto de Buenos Aires, donde son recibidos por Bartolomé Mitre, Domingo Faustino
Sarmiento y otras personalidades. Desde allí el cortejo se encaminó hacia la Plaza en donde
San Martín formó su Regimiento de Granaderos y que ya llevaba el nombre del Libertador.
Según las crónicas una gran cantidad de público acompañó la ceremonia a lo largo de todo
su recorrido, lo mismo que al llegar la comitiva a la Plaza, pasadas las dos de la tarde. Allí
el presidente Nicolás Avellaneda pronunció una oración fúnebre, luego de lo cual el cortejo
partió hacia la Catedral, donde se realizó una solemne ceremonia religiosa.
Hasta hoy los restos del General San Martín se encuentran en su mausoleo de la Catedral de
Buenos Aires, escoltados en forma permanente por sus Granaderos. Y hasta hoy también la
Plaza San Martín, ligada como dijimos con aspectos centrales de la gesta sanmartiniana,
permanece vinculada al prócer como un espacio dedicado en forma exclusiva a su memoria.
Fue declarada Lugar Histórico el 9 de junio de 1942.
FOTO: El monumento a San Martín en la Plaza que lleva su nombre es un ícono del barrio
de Retiro.