25 noviembre, 2024
Arte

Heroínas del Pincel 3. Eva Gonzalès, el Arte de Expresarse en Silencio

Arte para pensar     Por Marcela Davidson

Eva Gonzalès, Mary Cassatt, Marie Bracquemond, y Berthe Morisot fueron para el siglo XIX  las heroínas del pincel.

Eva Gonzalès fue la que denota en su obra una recurrente melancolía. La metáfora visual refleja en sus obras el contenido de un pensamiento reprimido.  Se expresa en silencio para darle voz a sus imágenes. 

La pienso a Eva Gonzalès en el Museo del Louvre, parada frente al arte egipcio. Observando detenidamente una narrativa visual de complicada interpretación. El arte egipcio alberga aún hoy su enigma.

Eva era una niña que creció rodeada de intelectuales: su padre era escritor y su madre música. Portar el nombre Eva implicaba un sentido simbólico. 

Una apreciación literal de su pintura podría obviar un análisis conceptual. Precisamente en su obra titulada “Secretamente”, la artista nos comunica que la figura femenina no sólo tocará el piano. La dama tiene por delante de la partitura sobre el piano un librito abierto, un secreto. Gonzalès deja ver el indicador en ese título. Nos está señalando que sus cuadros son costumbristas sólo bajo una lectura prosaica.

Eva Gonzalès transmite su soledad. Los espacios que envuelven a las figuras femeninas son un modo de acentuar la soledad. La mujer en su condición de desigualdad frente al varón se muestra resignada y melancólica. En las siguientes cuatro obras el espectador contemporáneo tiene acceso a la comprensión de las metáforas representadas.

Paseo en burro

“Paseo en Burro” es un óleo con aparente inocencia. La representación dejó velado para el público del Siglo XIX  un contenido en el que la mujer está jerarquizada con respecto al varón. Irónicamente, desintegra cromáticamente  al varón con fondo y el burro. Burro y varón en el mismo plano, opacado por el contraste de la radiación lumínica del rostro femenino. Un rostro que transmite apatía. Las verjas se pierden en el fondo. Estamos viendo un  paseo en burro. Tal vez desde el deseo puede la mujer llevar sus riendas. Mientras que la resignación brilla, con la altura de la circunstancia. La mujer retratada está comunicando su anhelo. Ella se sabe pensante e importante incluso más iluminada que el burro que la carga. La mujer es la carga del varón y esa realidad la hunde en su soledad. Ser carga tiene un riesgo permanente. Las mujeres dependieron de su padre y luego del marido. La soledad y la dependencia eran la consecuencia de la desigualdad.

Tomando el té en la terraza

“Tomando el Té en la terraza” es una obra en la que el peso compositivo está a la izquierda. La mujer sentada de frente a su espectador y en la otra mitad de la mesa está extendido el mantel despejado, brillante y marcando la  ausencia, marcando su soledad. Brilla por su ausencia la autonomía femenina.

 

 

 

 

Zapatos blancos

En “Zapatos Blancos” el calzado de cama se hace presente volviendo invisible a su portadora. Esta metáfora visual tiene el peso simbólico del género femenino. Una mujer reducida a pasos débiles y domésticos. La mujer era  considerada en las clases sociales distinguidas como el Ángel del Hogar. Su función no tenía otro propósito que complacer. 

Eva Gonzalès, a pesar de su breve vida, pintó  con un estilo impresionista aunque de orientación realista. El realismo hizo de instrumento sonoro a sus pensamientos.  Cada metáfora visual en rosas, blancos y grises revelaron lo no dicho verbalmente.

Esto sucede cuando el Arte se expresa en Silencio. 

Ilustración de arriba:

  • Secretamente