28 noviembre, 2024
Cultura

Anuncian restauración del Teatro Nacional Cervantes

Por Josefina del Solar
El Teatro Cervantes es el único teatro nacional en nuestro país. Fue inaugurado en 1921 y desde 1995 es Monumento Histórico Nacional. Tiene un edificio de magnífica arquitectura y dotado en su origen de suntuosos elementos de decoración.  Su fachada por ejemplo, reproduce la de la Universidad de Alcalá de Henares, y se dice que diez ciudades españolas trabajaron para dotarlo de esas maravillas: su telón, mobiliario, puertas, revestimientos cerámicos, etc.
Construido por iniciativa de la actriz española María Guerrero y su esposo Fernando Díaz de Mendoza, quienes pusieron en ello un gran esfuerzo personal y su propio peculio, por él han pasado las más grandes figuras de nuestro teatro.
Sufrió un incendio que dañó severamente sus instalaciones en 1961, pero se reconstruyó en base a elementos existentes y a fotografías, incorporando incluso una nueva edificación lindera que permitió ampliar las instalaciones. Se reinauguró en 1968.
Sería interminable detallar aquí los valiosos elementos  arquitectónicos y decorativos de este maravilloso teatro, tanto como todo lo que suman su historia y su aporte a la escena nacional. Es por eso que hoy apena verificar el abandono en que se encuentra. Desde hace varios años está rodeado por tubos metálicos para sostener andamios de una obra que nunca comenzó. Bajo esos andamios guardan sus colchones y duermen noche a noche una cantidad de personas,  se genera suciedad y un deterioro cada vez mayor, sin entrar a analizar por supuesto las situaciones humanas que no deberían producirse.
Pero el caso es que ahora se anuncia que el Teatro Cervantes va a ser restaurado. Según el anuncio las obras comenzarían en marzo respecto a la fachada, y seguirían después con el interior del Teatro.
Cuando se concrete será una obra de estricta justicia, porque, como muchas veces señalamos en casos de este tipo, la Ciudad y quienes en ella vivimos, no podemos darnos el lujo de dejar alegremente  que se destruya lo más valioso que tenemos, en este caso una entidad de bien cultural única en todos los aspectos.