18 octubre, 2024
En Buenos Aires

Música francesa en palacios porteños

Nuestra ciudad de Buenos Aires, es una gran metrópoli donde la arquitectura y sus variados estilos, definen sectores perfectamente identificables con aquel imaginario porteño que nos sugiere el vals “Los cien barrios porteños” creado por Carlos Petit y Rodolfo Sciammarella.

Dicho esto, es necesario recordar que la frase “…rendirle a los barrios un sincero homenaje de amor…” quedó estampada como tinta indeleble en un conjunto de bienes y valores culturales de la ciudadanía porteña. De tal manera, la música demostró una vez más ser el vehículo de comunicación universal que a través de sus intérpretes populares, como lo fue el caso del recordado cantor Alberto Castillo, nos convenció que la ciudad tenía 100 barrios; y desde allí, aceptamos la idea como tal sin que existiera motivo alguno para dudar acerca del número elegido.

Es verdad que el registro urbano de la ciudad de Buenos Aires arroja 48 unidades territoriales que reconocemos como barrios, pero pensar en 100 barrios nos identifica, y abre sin dudas la posibilidad de relativizar la influencia que tiene lo material sobre la vida social.

Independientemente del número y las características de la urbanización, el asentamiento de colectividades de inmigrantes y las organizaciones vecinales de cada sector, como apreciar el cielo de la ciudad en determinados barrios, produce el desvío de la mirada hacia magníficos exponentes de la arquitectura Art Nouveau y Beaux Arts en palacios exclusivos, tanto como el academicismo italiano que lideró la construcción de edificios públicos en lo que la historia reconoce como Organización Nacional.

Tal es el caso inevitable de las bellísimas construcciones que se originaron en torno a los barrios de Retiro, Recoleta, San Nicolás, Flores, Belgrano, Devoto y otros aledaños. No será novedad afirmar que la ciudad de Buenos Aires, según algunos especialistas, ha adquirido sin discusiones el título de la “París de Sudamérica”; pero lo significativo del hecho es que muchas de esas construcciones ya han sido declaradas monumentos históricos lo que nos pone a la altura de aquellos países que reconocen su historia a través de la preservación de sus bienes patrimoniales. Observar con atención las joyas arquitectónicas de la ciudad nos remite a períodos de opulencia económica plena para las llamadas familias patricias del Siglo XX.

En aquellos palacios europeos siempre hubo espacio para las artes plásticas en todas sus aristas. Así, enormes salones lucían pinturas, esculturas, dibujos, grabados, cerámicas, orfebrería, artesanías, tapices y pintura mural de origen europeo; pero la música y el baile tuvieron siempre un lugar privilegiado ya que los arquitectos pensaban, dentro de sus diseños edilicios, en una importante superficie cuyo destino sería un gran salón de baile.

En tiempos en que no existían las grabaciones, ni los discos de pasta, ni los de acetato, ni los magazines, ni los cassetes, ni los Compact Disc, ni las plataformas de música y mucho menos los DJs (disc-jockeys), eran los músicos de cuerpo presente los que ofrecían su arte en numerosas tertulias académicas; y otros, los más populares, los que tocaban interminables melodías para que, en aquellos salones de baile, los asistentes pudieran despuntar el vicio por el movimiento del cuerpo en un lenguaje no verbal, expresar sentimientos y emociones, o interactuar socialmente.

Luego de estas necesarias referencias que aluden a la arquitectura, a la historia de nuestra Nación Argentina y al reflejo de un momento de vida social en algunos sectores de la ciudadanía porteña, diremos que el grupo de música POUR LA MUSIQUE, propone llevar su interpretación a aquellos palacios porteños. Ellos abordan exclusivamente música francesa del compositor Claude Bolling (Cannes, 1930 – Saint-Cloud, 2020) un reconocido pianista, compositor, arreglador y actor francés.

La música creada por este artista, afianzó un nuevo concepto de composición llamados “crossover” que implicó aunar estilos musicales académicos con atributos propios del género jazz. Claude Bolling, de talento natural y formación académica en sus inicios, transitó diversas etapas creativas en las que fue incorporando una multiplicidad de herramientas que añadió a su enorme legado. Fue dueño absoluto de un dominio técnico y virtuoso en el piano, pero además; en su faceta de compositor, exigió y exige a los intérpretes de sus obras, una formación técnica acabada en cada uno de los instrumentos intervinientes.

Compositor de música de película, su obra tiene un sello inconfundible como si habláramos de un texto de nuestro Jorge Luis Borges, de una pintura de Van Gogh, de una escultura de Miguel Ángel, de un film de Fellini o de la música de Ástor Piazzolla. Si bien Claude Bolling no vivíó culturamente la belle époque francesa, su música se nutrió de muchos elementos que le otorgan refinamiento y delicadeza.

El domingo 4 de Junio se inició este ciclo que se ha denominado Música francesa en palacios porteños a cargo del grupo POUR LA MUSIQUE, y que tuvo su concierto inaugural en el Salón de Baile del Museo Nacional de Arte Decorativo acompañando además el proyecto Institucional PIEZA ÚNICA que es una oportunidad que la entidad ofrece a los visitantes, invitando a detener la marcha por un momento y observar por un tiempo solo un objeto. Todas las actividades invitan a redescubrir algunas de las tantas obras que atesora el museo, que además propone la posibilidad de recorrer todas las instalaciones y la muestra de exhibición permanente, dando cuenta del patrimonio con que contamos todos los argentinos.

Luego de la presentación y bienvenida de la Directora del Museo Nacional de Arte Decorativo, Dra. Marina Cañardo, el Lic. Hugo René Sanz explicó a los asistentes el proyecto del ciclo para seguidamente referirse al repertorio que de allí en más se iba a interpretar.

En primer lugar, se interpretó la Suite para Flauta y Jazz Piano Trío. En esta ocasión, el solista en flauta fue el eximio intérprete Saúl Martín, quien desde las primeras notas cautivó a los asistentes con su delicado y aterciopelado sonido. La obra exige una formación superadora en el instrumento para que su abordaje permita entender el carácter interpretativo y su sensible “crossover” para el cual Claude Bolling desplegó todo su virtuosismo como compositor y pianista.

Esta particularidad en su composición, propuso un desafío para el Jazz Piano Trío y en particular para el pianista Guillermo Carro, quien abordó pasajes de absoluta destreza técnica e improvisación en un entramado rítmico y melódico al cual contribuye la base contundente y magníficamente escrita para el contrabajo y la batería.

A esa altura el silencio de la sala era absoluto, para lo que contribuyó el hermetismo de las puertas cerradas que no permitió el ingreso de ocasionales visitantes del museo.

Seguidamente y luego de un prolongado aplauso, tuvo lugar el Concierto para Guitarra siempre secundado por Piano, Contrabajo y Batería. El solista en esta oportunidad fue Daniel Martí con una enorme responsabilidad de interpretación, ya que el compositor Claude Bolling tomó para su Concierto, diversos motivos que atañen a la música española, a la música mexicana y al variado ritmo de la música africana. De tal manera y para que se comprenda el sentido de la composición, los números reciben el nombre de Hispanic Dance (with a blue touch), Mexicaine y Africaine donde prevalecen los compases de amalgama con subdivisión binaria.

Un sonido limpio, rítmico y preciso fue el distintivo que a simple audición desplegó Daniel Martí demostrando ser un dotado técnicamente además de un exhaustivo estudioso de su instrumento.

Terminada esta sesión de música para cuatro intérpretes, fue el momento de Garnerama, una bella balada que fue escrita tributando a Erroll Garner, el célebre pianista americano. En esta etapa compositiva, el compositor Claude Bolling desarrolló un concepto de Jazz a la francesa en formato exclusivamente de Trío. El tema se introduce con un desarrollo de piano para que luego se sume la delicada base a cargo de Hugo René Sanz en contrabajo y Leonardo Jesús Aledda en batería, llenando espacios con sutilezas rítmicas y detalles tímbricos.

La pieza es un verdadero exponente del jazz cool, caracterizado por un sonido más relajado y suave que invita al oyente a la calma y al disfrute para el cual el recinto del concierto fue el ideal para esta ocasión. Al cierre de la interpretación, el público, ya de pie, aprobó con un prolongado aplauso a Guillermo Carro, quien con su carácter interpretativo, su estilo y su celestial pureza, arrojó luz sobre una de las piezas de Claude Bolling que mejor define su formación pianística y su grandeza musical para la composición.

Finalmente, los cinco músicos abordaron la Suite Picnic interpretando los temas Tendre y Rococó para que el público ovacione en un compacto aplauso a estos prestigiosos intérpretes en el cierre del concierto.

El recinto estuvo completamente colmado durante el transcurso del concierto, muchos quedaron sin poder entrar lo que ha dado cuenta de que el poder de las redes sociales para la difusión ha cobrado un espacio de vital importancia.

Desde la redacción de la Gaceta celebramos “Pieza Única” y “Música francesa en palacios porteños” como dos grandes indicadores de nuevas ideas culturales y velamos para que se repita este concierto para beneficio de aquellos que quedaron puertas afuera y para aquellos nuevos interesados que quieran sumarse.

Hasta el momento de esta edición, esta tournée de Música francesa en palacios porteños continuará el sábado 26 de Agosto a las 18 horas en el Salón Dorado del Ex – Edificio del Diario La Prensa, hoy Casa de la Cultura (Av. de Mayo 575); el 29 de Agosto a las 19 horas en el Centro Naval, y sobre fines de octubre el concierto se brindará en el Salón Manuel Belgrano del Instituto Nacional Sanmartiniano (Mariscal Ramón Castilla 2752), en el marco de la Noche de los Museos. Este último edificio reproduce la casa del General San Martín en Grand Bourg, a 25 km de París.

En nuevas ediciones de La Gaceta iremos informando los nuevos espacios en los la propuesta tendrá lugar. Cabe mencionar que todos los conciertos anunciados precedentemente son con entrada libre y gratuita, lo que sin duda muestra que tanto desde las Instituciones como desde los artistas, existe un deseo compartido de realizar un aporte significativo que permita el acceso de todos a la cultura en la ciudad.

 

FOTO: El próximo concierto de POUR LA MUSIQUE será en la Casa de la Cultura, ex diario La Prensa.