Un grave hecho delictivo y la inseguridad en el barrio
En la semana que pasó, un hecho delictivo grave ocurrido en Retiro impactó profundamente en la opinión pública, y particularmente en los vecinos del barrio. Nos referimos al asesinato de una joven mujer policía por un hombre de nacionalidad paraguaya, que se encontraba aparentemente descompuesto en la estación Retiro del subte. La mujer policía, que estaba en funciones allí trató de atenderlo, y ante el intento de trasladarlo en una camilla el hombre se negó, le quitó el arma reglamentaria a la oficial y disparó varias veces, hiriéndola mortalmente.
El hecho en sí fue ampliamente cubierto y comentado por los medios masivos, de modo que no hace falta agregar pormenores. Lo que queremos comentar aquí básicamente son las repercusiones entre los vecinos de Retiro, y algunas consideraciones y reclamos que salieron a la luz a raíz del penoso hecho.
El mismo día en que esto ocurrió, un grupo de vecinos se reunió frente a la Comisaría Vecinal 1A de la calle Suipacha al 1100 –la exComisaría 15- como homenaje a la mujer policía; que además era madre de familia, y que rindió su vida en un acto de servicio, con un desenlace absurdo y triste. La convocatoria buscó también demostrar un apoyo de ciudadanos a la fuerza policial, precisamente a escasos días de que asumió en dicha dependencia el nuevo Comisario, Gabriel Schultheis.
El acto se inició con un minuto de silencio y algunas velas encendidas. Luego habló, notablemente afectada, la hija de un policía, describiendo lo que es la angustia habitual de una familia que tiene un miembro en la fuerza y teme por lo que pueda pasarle. A continuación varios vecinos, como la señora Ana Saravia o el señor Pedro Bustillo, comentaron el sentido principal de la reunión; pero también en relación a eso fueron surgiendo las inquietudes y temores en materia de seguridad que pueden manifestar los vecinos del barrio.
Y así, en las expresiones de varios de los presentes, que fueron captadas por medios de comunicación que estaban cubriendo el acto, además de las manifestaciones de pesar por lo ocurrido con la joven policía, se hizo referencia a lo que se considera una pérdida para el vecindario, como es la transformación de la Comisaría 15, a raíz de la estructura diferente implementada en la Policía de la Ciudad. Se dijo que la Comisaría actualmente recibe personas que quedan detenidas, que la vereda de Suipacha se llena de marginalidad y delincuentes que alteran y crean peligro en el barrio, que ya no se puede usar el lugar para denuncias, y también que se requiere mayor presencia policial en las calles. Por otra parte hubo relatos de situaciones de inseguridad que ocurren por ejemplo en la Plaza San Martín y sus alrededores, y en distintos puntos del barrio. Por supuesto se aludió a la cantidad de personas que viven en la calle, a muchas de las cuales los propios vecinos ayudan habitualmente; pero que otras de estas personas son peligrosas y están para delinquir. La cercanía de la villa denominada Barrio 31 o Barrio Padre Mujica surge indudablemente como un factor importante de cuidado para los vecinos y de deterioro en el barrio, ya que muchos delincuentes surgen de allí y cometido el delito se refugian rápidamente en la villa.
De tal modo la reunión, ante el hecho de la muerte de la mujer policía derivó en un pequeño foro vecinal que expresó temores y preocupación por la seguridad en el barrio, y que incluso fue captado por periodistas de diversos medios de comunicación.
El tema es indudablemente muy importante. En nuestro número anterior comentábamos los datos proporcionados por el Gobierno porteño referidos a un descenso en los índices de delitos en la Ciudad. Pero indudablemente la percepción de los vecinos de Retiro es diferente. Y sobre esto creemos que hay varios factores que inciden. En primer lugar Retiro ha sido por décadas un barrio residencial y seguro, con un patrimonio arquitectónico importante, cuyo nivel de vida e incluso parte de su fisonomía ha ido cambiando en las décadas recientes, por varios factores; y esto lo perciben claramente los vecinos más arraigados.
Se reclama una mayor presencia o mayor intervención policial. Pero justamente y en relación a eso, creemos que el nudo central de la cuestión está, a nuestro entender, en las limitaciones que tiene la Policía en su accionar. Los policías para cualquier determinación deben dar parte al fiscal de turno, y en tal sentido obran reactivamente, lo que quiere decir que primero dispara el delincuente, por ejemplo. Hace ya algunos años un grupo de vecinos, en el convencimiento de que esta situación -que se originó a partir de la sanción del Código de Convivencia Urbano que reemplazó a los Edictos Policiales- se reunió para elaborar una propuesta que sería elevada a la Legislatura para reformar ese Código de modo de darle alguna atribución para obrar a la Policía. No se pudo concretar, y hasta hoy esa es la situación que obra en contra de la seguridad de los vecinos.
Mucho ha tenido que ver el temor al llamado gatillo fácil. Que también creemos que podría ser solucionado con la utilización de las pistolas Taser, que tampoco se ha podido instrumentar. El episodio de la muerte de la mujer policía, fue por otra parte un hecho imprevisible, porque nadie podía pensar que un hombre aparentemente descompuesto iba a reaccionar de esa manera. De todos modos si ella hubiera tenido una pistola de esas, aunque el hombre se la hubiera podido arrebatar no sabemos si la hubiera podido usar, pero de ser así no la hubiera matado, claro está.
Es muy complejo sin duda el tema de la seguridad, en un contexto como el actual. Para enfocarlo en forma efectiva se requiere una decisión política que no parece cercana, al menos en este momento.
FOTO: Un grupo de vecinos se reunió frente a la Comisaría de la calle Suipacha en repudio al asesinato de una mujer policía (Foto La Gaceta del Retiro).