Alarmante reducción de la población de abejas a nivel mundial (*)
El 20 de mayo se celebra el Día Mundial de la Abeja, instituido en 2018 mediante una resolución de la Asamblea General de las Naciones Unidas. La elección de la fecha citada se debe a que coincide con el día del nacimiento de Anton Janša, pionero de la apicultura moderna.
Janša creció en una familia de apicultores de Eslovenia donde la apicultura es una importante actividad agrícola con una larga tradición. El tema elegido este año para conmemorar la festividad ha sido “Compromiso con las abejas”, con especial atención a la producción apícola y las buenas prácticas adoptadas por los apicultores de todo el mundo para apoyar sus medios de vida y ofrecer productos de alta calidad, explicó la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
Lamentablemente, en los últimos años estamos asistiendo a una reducción alarmante de la población de las abejas y sus colonias debido a diversos factores: las prácticas agrícolas intensivas, los cambios en el uso de la tierra, la urbanización, el uso de pesticidas, la presencia de parásitos, hongos y especies invasoras, y los fenómenos meteorológicos extremos producidos por el cambio climático. Habitualmente no reparamos en el rol relevante que estos insectos cumplen en el mantenimiento de la biodiversidad en el planeta y en nuestra nutrición. Las abejas son responsables de por lo menos un tercio de la producción mundial de alimentos, polinizando el 85% de los bosques y el 70% de los cultivos agrícolas.
La polinización es el proceso que garantiza la reproducción de diversas plantas y la producción de frutos y semillas. Es realizada a través de la transferencia de polen de flores masculinas a flores femeninas. La polinización beneficia la nutrición humana: no sólo permite la producción de una gran cantidad de frutas y semillas sino también una mayor variedad y una mejor calidad. Las abejas son los principales polinizadores, y se benefician tanto del polen (fuente de proteína) como del néctar (para la producción de miel) de las flores. Comprenden más de 20 mil especies en todo el mundo.
El uso de insecticidas podría considerarse como el principal factor de la reducción de la población de las abejas a nivel mundial. A su vez, otros productos químicos utilizados no provocan la muerte pero sí pueden alterar el sentido de la orientación y las funciones biológicas de las abejas, causando la desaparición de colonias a corto o mediano plazo. En consecuencia, resulta fundamental tratar de establecer una regulación normativa intensa en relación al uso indiscriminado de estos productos y, sobre todo, idear planes estratégicos de investigación orientados al conocimiento de alternativas de control de plagas basadas en manejos sostenibles, control biológico o el empleo de sustancias de origen natural.
De continuar esta tendencia de disminución en el número de las abejas, cada vez con más frecuencia los cultivos nutritivos como frutas, nueces y muchas verduras serán sustituidos por cultivos básicos como el arroz, el maíz y las papas, lo que podría derivar en una dieta desequilibrada. Como bien lo señaló la FAO el año pasado, la ausencia de abejas y otros polinizadores eliminaría el café, las manzanas, las almendras, los tomates y el cacao, por nombrar solo algunos de los cultivos que dependen de la polinización.
La FAO lleva a cabo distintas actividades para alentar las prácticas favorables a los polinizadores en la gestión agrícola, incluida la Acción Mundial sobre los servicios de polinización para una agricultura sostenible y la Iniciativa Internacional sobre polinizadores. Asimismo, la entidad instó a los países a emprender acciones para salvaguardar a las aliadas fundamentales en la lucha contra el hambre y la malnutrición.
Con motivo del Día Mundial de la Abeja, el presidente de la Asamblea General de las Naciones Unidas, Tijjani Muhammad-Bande, llamó a todos los Estados miembros a aplicar medidas agrícolas que protejan a las abejas y promover la creación de espacios ecológicos en las zonas urbanas que permitan el proceso de polinización. “Además, insto a todos los agricultores del mundo a proteger los hábitats de las abejas en las actividades agrícolas mediante la utilización de prácticas favorables a los animales polinizadores. Felicito a todos los apicultores por la labor que realizan y confío en que compartirán sus conocimientos para crear un mundo mejor”, destacó.
Según Tijjani Muhammad-Bande, el aporte a la economía mundial de las abejas y otros animales polinizadores asciende a la nada despreciable cifra de 577.000 millones de dólares y además remarcó que “si queremos lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Organización, debemos priorizar la supervivencia de las abejas y otros polinizadores”. El titular de la Asamblea General finalizó su mensaje señalando que “confío en que, trabajando juntos para salvar a las abejas, conseguiremos acabar con el hambre y erradicar la pobreza para todos, en todas partes”.
Laura Brosio
(*) (N de la R). Esta nota fue publicada en este periódico hace tiempo, pero la reiteramos ahora porque este tema es motivo de preocupación creciente en organismos que se ocupan de la Ecología y el Medio Ambiente, y es de gran interés en varios sentidos ´también para nuestro país.
FOTO: Las abejas no son sólo productoras de miel, son también agentes polinizadores.