Retiro y el arte
Por Josefina del Solar
Habitualmente se relaciona a las artes plásticas con Retiro por las numerosas galerías de arte y actividades vinculadas que se dan hasta hoy en este barrio. Y la vinculación viene de lejos, podemos decir desde los tiempos en los que la Ciudad de Buenos Aires se modernizó y creció considerablemente en diversos aspectos, lo que se evidenció de manera especial en el barrio de Retiro.
Sin duda que el devenir histórico en un país muy joven, que buscaba su conformación institucional agitado por conflictos internos y no tenía aún un desarrollo económico social conveniente para la realización de actividades artísticas en lo referido a exhibiciones y venta de obras, no hacía de Buenos Aires un mercado para el arte en épocas anteriores a esta modernización, que comenzó en la segunda mitad del siglo diecinueve. Hubo intentos anteriores, por ejemplo el de 1829, año en que se trajo a Buenos Aires una importante colección para ser exhibida aquí, sin demasiado éxito. Es que, como decimos, todavía no estaban dadas las condiciones para un desarrollo importante de muestras y salones de arte.
Con el crecimiento de Buenos Aires -poblacional, urbanístico, cultural- en el último cuarto del siglo diecinueve, las primeras exhibiciones de obras que se traían o que se originaban localmente se empezaron a hacer en vidrieras de negocios, particularmente en la calle Florida. También en algunos lugares donde hubiera alguna actividad cultural o de entretenimiento, como fue el caso del Jardín Florida, que se hallaba en dicha calle, lugar en el que se exhibieron cuadros en alguna oportunidad. Algunas obras de las que podían verse de esta forma fueron atrayendo al público, lo que seguramente dio pie para un crecimiento en este sentido.
Un paso importante para el desarrollo de las muestras de arte fue la apertura del Museo de Bellas Artes. Este fue creado en 1895 e inaugurado en diciembre de 1896, todavía no en Retiro pero sí muy cerca, en el edificio Bon Marché, que estaba solo a metros del inicio de este barrio, en Florida y Córdoba. Se trata del mismo que en la actualidad alberga a las Galerías Pacífico, y que por su importancia y cercanía con Retiro creemos que merece aquí una referencia. Fue diseñado en la década del ’80 del siglo diecinueve en base a una idea de Francisco Seeber y Emilio Bunge, quienes junto a otros socios, argentinos y franceses, conformaron la “Sociedad Bon Marché”. El objetivo era instalar en Buenos Aires una gran tienda con las características del Bon Marché de París, en la que hubiera moda, ajuares, muebles, y también obras de arte. La idea era construir cuatro edificios iguales que conformaran dos galerías cubiertas, unidas por una cúpula central, inspirado esto en la Galería Vittorio Emmanuele erigida en Milán unos años antes. El edificio fue inaugurado en 1891, aunque las grandes tiendas proyectadas finalmente nunca llegaron a funcionar, por varias razones, entre las que estuvo la crisis económica de 1890. De todos modos se instalaron en el Bon Marché algunos negocios y hasta un salón de espectáculos. Pero sobre todo se va a convertir en un centro de arte: en 1896 como dijimos, se inaugura allí el Museo de Bellas Artes –luego Museo Nacional- y en 1898 se mudan al 2° piso la Asociación Estímulo de Bellas Artes y la Academia Libre de Bellas Artes, lo que hace que algunos artistas instalen también sus ateliers en el lugar.
Dos de estas entidades originadas en el bon Marché se van a trasladar, luego sí, a Retiro.
Una de ellas era Estímulo de Bellas Artes, institución pionera en el ámbito artístico local, creada en 1876 por Eduardo Sívori junto a su hermano Alejandro, con la participación de maestros como José Bouchet, Angel Della Valle, Reinaldo Giudici, Eduardo Schiaffino, Augusto Ballerini, Emilio Caraffa, Lucio Correa Morales, Francisco Cafferata, entre otros artistas. En 1937 se construye la sede de la entidad ubicada en Maipú y Córdoba, donde hasta hoy funciona.
Pero nos habíamos referido al Museo de Bellas Artes. En 1910, se realizó en el Pabellón Argentino -que estaba instalado en la Plaza San Martín- y en el marco de los festejos por el Centenario de Mayo, la Exposición Internacional de Bellas Artes del Centenario. Varios países de Europa y América hicieron llegar obras para su exhibición en esta gran Exposición, que fue inaugurada por el presidente Figueroa Alcorta, y en la que la República Argentina estuvo representada a su vez por más de doscientas obras de sus propios artistas: Sívori, Bernaldo de Quirós, Collivadino fueron algunos de ellos. El caso es que a partir de entonces el Pabellón va a ser sede del Museo de Bellas Artes, función que cumplió durante más de 20 años, hasta que en 1933 es trasladado a su sede actual, en Avenida del Libertador. Recordemos que el Pabellón se desmanteló –era desarmable- para dar lugar a las reformas en ese sector de la Plaza San Martín. Pero además ocurría que la edificación del Pabellón por sus características no resultó la más adecuada para contener a las obras de arte, ya que constantemente debían hacerse adecuaciones para esto. Y se fueron sumando más obras y muy valiosas en ese tiempo. Durante los años en que estuvo en el Pabellón Argentino el Museo amplió su colección permanente, por ejemplo con cuadros de los impresionistas franceses como Édouard Manet, y Claude Monet, entre otros.
Vinculada al Museo estuvo la Comisión Nacional de Bellas Artes, que funcionó en un edificio que hacía ángulo con el Pabellón Argentino, en Maipú y Arenales, un espacio que entonces era de los jardines del Pabellón y actualmente pertenece a la Plaza San Martín. Este edificio había sido construido para otro destino, seguramente porque hubo diversas ideas para que el Pabellón fuera un centro de entretenimientos. Pero las circunstancias llevaron a que tuviera un destino vinculado al arte, de modo que en él abrió el Primer Salón Nacional en 1911. Hubo allí 250 obras de pintura, dibujo, grabado y escultura. Buenos Aires tenía así su salón oficial de arte. También en la sede de la Comisión Nacional de Bellas Artes se realizó entre 1914 y 1952 el Salón de Acuarelistas.
Otro elemento importante para el desarrollo de la actividad artística fue el de las galerías de arte. Su objetivo era no sólo la exhibición sino la venta de obras, y puede decirse que su existencia se dio fundamentalmente luego del Centenario de Mayo. En la zona de Retiro específicamente, sobre todo en la segunda mitad del siglo veinte y hasta la época actual ha habido varias e importantes galerías. Sería imposible hacer una reseña minuciosa aquí; simplemente recordaremos a la que fue, creemos, la primera que marcó huella en esta zona: la Galería Müller. Fue creada por Federico C. Müller, un alemán que llegó al país a comienzos del siglo y comenzó pronto su actividad vinculándose al ambiente del arte e instalando un local como anticuario en la calle Florida, al principio no todavía en Retiro. Pero sí participó en actividades artísticas en La zona, organizando la sección de pintura alemana en la Exposición del Centenario que ya mencionamos, y también algunas muestras de sus compatriotas en el Club Alemán de la Avenida Córdoba al 700. Pero su galería importante en Retiro la inauguró en 1914, en Florida 935, muy cerca de la Plaza San Martín, con una muestra de artistas argentinos entre los que estaban, entre otros, Bernaldo de Quirós y Fader. De este último, Müller fue un verdadero mecenas.
Otra galería que marcó un hito, bastante posterior a la de Müller, fue Lirolay. Fundada en 1960 por Mario y Paulette Fano, fue un espacio abierto a expresiones de vanguardia del arte argentino, considerada un punto de referencia en ese sentido. Tuvo dos direcciones, ambas en Retiro. Primero estuvo en Esmeralda 869, y luego se mudó a Paraguay 794. Esta galería cerró a comienzos de la década del ‘80.
Y en esta acotada enumeración de referencias del Arte en Retiro, no podemos omitir al Instituto Di Tella. Este fue un centro de investigación y experimentación cultural fundado por Torcuato y Guido Di Tella como homenaje a su padre, el ingeniero y empresario Torcuato Di Tella. El Instituto fue centro de investigaciones en música y teatro, pero seguramente lo que más se recuerda de él son sus manifestaciones artísticas, de vanguardia indudablemente. Muchos artistas que después fueron consagrados comenzaron allí: Julio Le Parc, Rómulo Macció, Luis Felipe Noé, Ernesto Deira, Marta Minujín son solo algunos. El Di Tella se cerró en 1970.
FOTO: La Comisión Nacional de Bellas Artes, donde se realizó el primer Salón Nacional en 1911.