Arte para pensar
Por Marcela Davidson
Agustín Viñas: la hiperrealidad de sus muñecos
Autodidacta y poseedor de un dominio técnico, Agustín Viñas tiene un lenguaje visual minucioso. El espectador reconoce a los juguetes en sus distintos personajes, en la muestra que está abierta por estos días en la Galería Zurbarán.
Elaborados con nitidez, esos juguetes motivos en su obra parecen salir de su encuadre bidimensional. Resueltos en 3D nos conectan con un espacio ambiguo entre el screen y un bastidor. Pensemos en eso. En realidad es un bastidor. La vida, en realidad no es la pantalla ni de los celulares, ni del plasma, ni la de los videogames. El arte como la vida oscila entre dos condiciones, la pantalla y el contexto circundante.
Adultos y niños viven en una relación entre la pantalla y el espacio sin pantalla. El encuadre del espectador se torna ambiguo como el de los juguetes. Está parado el espectador contemplando la obra, y simultáneamente abstraído en su ciber-realidad. Propuesta adictiva, la pantalla touch del celular.
Cada pincelada de Viñas deja testimonio de su capacidad para transmitir la hiper-realidad de muñecos diseñados masivamente. La industria ha creado juguetes atractivos hasta la obsesión. Obsesión por poseerlos, para luego descartar. La fraternidad cibernética tan fabricada cómo los muñecos. Variedad de variedades.
Un mismo personaje se multiplica en series interminables. Los juguetes están rabiosos. Su función es de efímero efecto. Tras de sí, serán muchos los juguetes reproducidos siempre en serie. Serán sustituidos. Animaciones virtuales y videogames son la élite a la hora de silenciar a los niños. ¿Quiénes son los niños? Polimorfos juguetes y polimorfos humanos.
Viñas revela un interrogante. Perturbadora para una lectura literal, inquietante para el inconsciente psíquico. Ciertamente su lenguaje es minucioso. Más allá de la técnica, aquí hay un diagnóstico social de corredores conceptualmente entrecruzados en distintas interpretaciones.
Hay una certeza: los juguetes están rabiosos. Hombres y mujeres tal vez también lo están. ¿Será que la ambigüedad de no saber dónde están situados los interpela a sí mismos?
La obra de Agustín Viñas puede ser leída cómo metáfora de las ambigüedades contemporáneas: la rabia por ser juguetes. Como dice Shakespeare en su obra Romeo y Julieta: Soy un triste juguete del destino.
FOTO: A. Viñas: En el país de los ciegos. Oleo. 2022