Alfabetización: esfuerzos de la UNESCO por mejorar los índices en el mundo
El 8 de septiembre se celebró el Día Internacional de la Alfabetización, una fecha establecida por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) en la 14ª reunión de su Conferencia General realizada el 26 de octubre de 1966. El objetivo de tal celebración es recordar la importancia de la alfabetización “como una cuestión de dignidad y derechos humanos, y como un eje central para promover un desarrollo sostenible, facilitando el cumplimiento del derecho al trabajo, a la salud, a la nutrición”. Asimismo, la idea es alcanzar avances en la agenda de alfabetización con miras a construir una sociedad más instruida. A pesar de los logros alcanzados, los desafíos persisten, ya que 773 millones de adultos en el mundo –de los cuales dos tercios son mujeres- no poseen, hoy en día, las competencias básicas en lectoescritura.
El Día Internacional de la Alfabetización 2021 se desarrolló bajo el lema “Alfabetización para una recuperación centrada en las personas: reducir la brecha digital”. Audrey Azoulay, Directora General de la UNESCO, expresó a propósito de este Día: “En esta jornada en que celebramos el Día Internacional de la Alfabetización, la UNESCO desea invitar a todos los agentes del mundo de la enseñanza y de otros ámbitos a que se movilicen por la alfabetización de jóvenes, adultos y mujeres, para que también ellos tengan derecho a ser libres y a soñar”.
La crisis provocada por el COVID-19 creó trastornos sin precedentes en el aprendizaje de los niños, jóvenes y adultos. También acentuó las desigualdades ya existentes en cuanto al acceso a oportunidades de alfabetización significativas. En la fase inicial de la pandemia se interrumpió la educación del 62,3% de la población estudiantil mundial (1090 millones) a causa del cierre de escuelas. Se llevaron a cabo esfuerzos para encontrar otros medios para garantizar la continuidad pedagógica, en particular mediante el aprendizaje a distancia que se impartió a menudo conjuntamente con el aprendizaje presencial, pero el acceso a las oportunidades de alfabetización no quedó repartido de manera proporcional. La rapidez con que se pasó a un aprendizaje online también dejó al descubierto la fractura digital que persiste en términos de conectividad, infraestructura y capacidad para utilizar la tecnología, así como las desigualdades que existen en otros servicios, tales como el acceso a la electricidad, algo que limita las oportunidades de aprendizaje.
La alfabetización no se refiere sólo a los conocimientos de lectura, escritura y cálculo. Hoy se la entiende como un medio de identificación, comprensión, interpretación, creación y comunicación. Asimismo, se suma el concepto de la alfabetización digital, concerniente a la capacidad para usar de forma provechosa las nuevas tecnologías.
La alfabetización permite que las personas se emancipen y mejoren sus vidas proporcionándoles más capacidades para escoger la manera de vivir que pudiera resultarles más conveniente. Es parte esencial del derecho a la educación; posibilita una mayor participación en la sociedad y en el mercado laboral, beneficia la salud y la nutrición de los niños y las familias, y reduce la pobreza.
Al respecto, David Atchoarena, Director del Instituto de la UNESCO para el Aprendizaje a lo Largo de Toda la Vida (UIL), afirma: “La pandemia del COVID-19 demostró claramente que la alfabetización salva vidas. Sólo si la gente sabe leer y escribir podrá acceder a una información vital y estará capacitada para actuar de forma responsable en situaciones de emergencia como la que ha provocado la pandemia”. Los analfabetos se ven privados del acceso a empleos dignos, la formación continua, la información necesaria para su vida cotidiana y una participación plena en sus comunidades.
La alfabetización es un componente clave para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible, dentro del marco de la Agenda 2030. Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), aprobados por los mandatarios mundiales en septiembre de 2015, promueven el acceso universal a una educación de calidad y oportunidades de aprendizaje a lo largo de la vida de las personas. En concreto, una de la metas del Objetivo Nº 4 está dirigida a asegurar que todos los jóvenes aprendan a leer y escribir, y tengan conocimientos básicos de aritmética, y que los adultos que carezcan de esos conocimientos tengan la oportunidad de adquirirlos.
Según lo señala la UNESCO, el Día Internacional de la Alfabetización 2021 tiene por misión examinar de qué manera la alfabetización puede contribuir a construir cimientos sólidos para una recuperación basada en el ser humano, haciendo hincapié en las interacciones entre la alfabetización y las competencias digitales que necesitan los jóvenes y adultos no alfabetizados. Asimismo, saca provecho de los factores que propician que la alfabetización se base en la tecnología inclusiva y útil para que nadie quede rezagado. De este modo, este Día representa una oportunidad para repensar el futuro de la enseñanza y el aprendizaje en el ámbito de la alfabetización, en el contexto de la pandemia y más allá de ésta.
El nuevo plan de alfabetización de la UNESCO (2020-2025) –aprobado el 14 de noviembre de 2019 en una Conferencia General del organismo- contiene cuatro aspectos prioritarios:
-Elaborar políticas y estrategias nacionales de alfabetización;
-Abordar las necesidades de aprendizaje de los grupos desfavorecidos, en particular de las mujeres y las niñas;
-Utilizar las tecnologías digitales para ampliar el acceso y mejorar los resultados del aprendizaje;
-Monitorear el progreso y evaluar las competencias y los programas en materia de alfabetización.
¿Cómo se distribuyen los 773 millones de adultos analfabetos a nivel mundial? En el sur de Asia vive casi la mitad de esta población de jóvenes y adultos sin conocimientos básicos de alfabetización y aritmética, mientras que el 27% vive en el África subsahariana. El 10% restante se encuentra en Asia oriental y sudoriental, el 9% en África septentrional y Asia occidental, mientras que alrededor del 4% vive en América Latina y el Caribe.
Es necesario un esfuerzo conjunto en el desarrollo de políticas y en la inversión financiera para salvaguardar la alfabetización para todos, especialmente para los más vulnerables. En este sentido, en 2016 se puso en marcha la Alianza Mundial para la Alfabetización en el Marco del Aprendizaje a lo Largo de Toda la Vida (GAL, por sus siglas en inglés), a fin de impulsar las iniciativas de alfabetización y hacer frente a los retos que plantea la promoción de la alfabetización en todo el mundo. En la actualidad la GAL está conformada por 29 países y alberga al 75% de las personas analfabetas a nivel global.
Según un análisis de costes de la UNESCO, que tiene en cuenta los efectos de la pandemia del COVID-19 en los hogares nacionales, para que los miembros de la GAL logren una alfabetización funcional casi universal de aquí a 2030, la comunidad internacional necesita 17.000 millones de dólares adicionales.
Además de una mayor financiación por parte de los gobiernos nacionales y de los socios internacionales, es necesario mejorar las capacidades de coordinación, planificación, gestión y seguimiento de los ministerios, departamentos e instituciones pertinentes. Por otra parte, el desafío de la alfabetización requiere una asociación más sólida entre las diferentes partes interesadas a nivel local, nacional y mundial.
Laura Brosio
FOTO: Al de lectoescrritura se suma hoy en día el concepto de alfabetización digital