9 de Julio de 1816: “En la benemérita y muy digna ciudad de san Miguel del Tucumán…”
Así comienza el acta de la Independencia Argentina, declarada el 9 de julio de 1816 en esa ciudad del norte del país por el Congreso de las Provincia Unidas que allí se encontraba reunido desde el 24 de marzo de ese año, en una casa que fue propiedad de Francisca Bazán de Laguna. El Congreso estuvo presidido en esa instancia fundamental por Narciso de Laprida. Leyó la declaración el Secretario Juan José Paso, 29 diputados representantes de distintas provincias la firmaron.
Urgía tomar esta medida porque hacía ya seis años que este territorio se autogobernaba. Así lo entendía San Martín, que en carta a Godoy Cruz le decía: ¡Hasta cuándo esperamos declarar nuestra independencia! No le parece a usted una cosa bien ridícula, acuñar moneda, tener el pabellón y cucarda nacional y por último hacer la guerra al soberano de quien en el día se cree dependemos. ¿Qué nos falta más que decirlo?
Ese 9 de julio de 1816 finalmente se concreta el hecho fundamental para nuestra historia, la declaración de ruptura de los vínculos que ligaban a las Provincias Unidas de Sud-América con la Metrópoli, para de ese modo “investirse del alto carácter de una nación”. Se cerraba así un proceso, se abrían otras instancias para la compleja realidad argentina, con sus alternativas y sus cambios. Pero queda siempre la admiración y el reconocimiento hacia aquellos patriotas que instalaban en esa jornada ilustre las bases fundamentales para lo que iba a ser la Argentina. Va en esta pequeña evocación el homenaje de hoy para todos ellos.
FOTO: En una foto de 1869, la Casa de Tucumán, que perteneció a Francisca Bazán de Laguna y en la que se declaró la Independencia Argentina.