Cambios: resistencia y adaptación
Jean Piaget definió a la inteligencia como la habilidad de adaptarse al cambio. Un hecho puntual o una suma de estos sucesos que vienen a cambiar nuestros esquemas, nos aterroriza. Vivimos felices en nuestros circuitos mentales más o menos acomodados y a los cuales estamos acostumbrados.
Cuando aparece algo que irrumpe la rutina afectiva y /o laboral, biológicamente desde lo más interior de nuestro cuerpo, surge una respuesta. Todas las células nerviosas van a transmitir este impulso nervioso. Puede haber infinitas reacciones, como llorar, sentir adrenalina, cosquilleos, huir, permanecer. El cambio que viene desde afuera hace eco y produce un cambio adentro. A la respuesta biológica la acompaña la mente. Nos resistimos a lo nuevo, tememos a que se terminen ciclos, no sabemos cómo afrontarnos a situaciones que no conocemos y nos sujetamos a lo que nuestra experiencia conoce.
Sin embargo, existe el instinto de supervivencia que nos da el empuje de seguir. De seguir probando, como podamos, justamente sobreviviendo y superando cada día. Reorganizando nuestras rutas mentales de a poco y aprendiendo a caminar de nuevo. Adaptándonos a lo que viene, con la esperanza de que después de cada crisis aparece algo mejor. Al fin y al cabo, como define el historiador Thomas Kuhn, es en el quiebre que la ciencia logra avanzar, la ruptura con el paradigma establecido es lo que permite evolucionar.
Al igual que la ciencia, nosotros después de cada cambio también evolucionamos. No debemos olvidarnos de que lo que viene a romper esquemas también crea nuevos. Lo que surge del cambio es la transformación y a partir de ésta nos fortalecemos. Es nuestra elección aceptar renovarnos en función de lo nuevo, adaptándonos a estos eventos con inteligencia.
Belén Carriquiri
Estudiante de Psicología
FOTO: Lo que surge del cambio es la transformación ya partir de ésta nos fortalecemos.